viernes, 2 de marzo de 2012

EL HIJO AMADO


En el segundo domingo de Cuaresma, la Iglesia siempre nos invita a escuchar, reflexionar y contemplar el evangelio de la Transfiguración. Unos días antes de su Pasión y su muerte, Jesús, con tres discípulos, “subió con ellos solos a una montaña alta”. Es solamente desde el silencio, de la ausencia de ruido exterior e interior, de la escucha y de la reflexión serena y tranquila que podemos captar algún de los aspectos de la persona de Jesús, por esto se los lleva solos a una montaña alta con el fin de manifestarse de otra manera, de una forma que no conocían.
En Jesús siempre podemos ir descubriendo mucho más de lo que sabemos y conocemos. Tratándolo y escuchándolo por medio del evangelio, cada vez iremos profundizando en su persona de una manera nueva y desconocida. El Padre mismo nos lo dice y nos invita: “Este es mi Hijo amado; escuchadlo”.
Que estas semanas de Cuaresma nos ayuden a penetrar más en la persona de Jesús, a escucharlo y a dejar resonar su voz en lo más íntimo de nosotros mismos. Sigamos caminando con ilusión hacia la luz de la Pascua.

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