jueves, 25 de febrero de 2010

"ESTE ES MI HIJO, ESCUCHADLE"


En este segundo domingo de Cuaresma la Iglesia nos presenta el texto evangélico de la Transfiguración de Jesús.
Jesús había anunciado a sus discípulos que se dirigía hacia Jerusalén, hacia la Pasión y Cruz, y estos se habían asustado. En este contexto, Jesús toma a Pedro, Santiago y Juan y se los lleva “a lo alto de la montaña”. Jesús se lleva a los tres discípulos a un lugar solitario y silencioso porque sólo en un clima de oración y de silencio lo podrán experimentar transfigurado. La oración personal es el camino para conocer vivencialmente a Jesús.
Las palabras del Padre no iban dirigidas sólo a Pedro, Santiago y Juan, sino también a todos nosotros que hoy leemos o escuchamos el evangelio. También a cada uno de nosotros el Padre nos dice: "Este es mi Hijo, el escogido, escuchadle”.

“Este es mi Hijo, el escogido”, es decir: “este es quien siempre hace mi voluntad, el que ama y perdona incansablemente, quien alienta y anima, quien está siempre a tu lado…”
“Escuchadle”: “escúchalo porque te conducirá por el camino de la paz, de la entrega y del servicio, de la vida, de la alegría... Escúchalo y déjate guiar por Él”.

Sigamos caminando hacia la Pascua sabiendo que Jesús va delante nuestro y que nos precede en nuestro camino.

viernes, 19 de febrero de 2010

CONDUCIDO POR EL ESPÍRITU, SE INTERNÓ EN EL DESIERTO


En el primer domingo de Cuaresma, el evangelio nos muestra Jesús en el desierto. El desierto es lugar de silencio, de soledad, para encontrarse con un mismo y con Dios. Jesús se dirige al desierto conducido por el Espíritu. Jesús se interna en el desierto, en la “’escuela de Dios”, una larga temporada (número cuarenta, número simbólico). Jesús va al desierto, lugar de silencio y de soledad, para abrirse más a Dios, dejarse hacer y prepararse para su misión.
El evangelista nos dice que Jesús fue tentado. Como toda persona, Jesús “experimenta” la posibilidad de hacer o dejar de hacer la voluntad de Dios, de escuchar la Palabra y vivirla o de prescindir de ella, de seguir buscando a Dios o de instalarse... Pero Jesús supera todas las tentaciones y pruebas porque se apoya fielmente en dos grandes realidades: el Espíritu y la Palabra, de ellos obtiene la luz y la fuerza por seguir su camino hacia el Padre.
Además de este desierto material, geográfico, Jesús atravesará otros desiertos a lo largo de su vida. Son desiertos de otro tipo: el de la incomprensión y de la soledad, el de la persecución y del dolor... Pero de todos ellos salió victorioso porque Jesús es el hombre del Espíritu y de la Palabra. Jesús puede hacer frente a las pruebas que le pone el tentador porque quiere hacer, por encima de todo, aquello que agrada al Padre. Nada puede desviarlo de su camino ni de su misión de dar a conocer Dios a los hermanos y hermanas de su tiempo. Jesús no se deja desencaminar, responde al tentador con firmeza y decisión, siempre con palabras de la Escritura.


También nosotros atravesamos por muchos “desiertos” a lo largo de nuestra vida, nos cansamos y tenemos ganas de no seguir andando. Jesús debe ser nuestro modelo cuando nos encontramos en momentos difíciles, cuando nos sentimos presionados por todo y por todas partes y nos cuesta seguir adelante. Jesús nos ha precedido, sigamos sus huellas hasta llegar al triunfo definitivo de la Pascua.

lunes, 15 de febrero de 2010

CUARESMA: CAMINO HACIA LA PASCUA


Estamos a punto de empezar un año más el tiempo de Cuaresma. Cuarenta días en qué se nos invita a caminar con gozo y con alegría hacia la próxima Pascua. Cuarenta días en qué se nos invita a acercarnos más a Dios escuchando más intensamente su Palabra, recibiéndolo con ilusión renovada en los sacramentos, para llegar al final de este trayecto a celebrar nuevamente con gozo exultante la Resurrección del Señor.
La Iglesia nos propone el tiempo cuaresmal para que revisemos a fondo nuestro compromiso con Jesucristo y lo renovemos en la Vigilia Pascual. Es un tiempo también para revisar nuestra relación con los demás: nuestro servicio, nuestro trato con ellos, nuestra acogida…
Empezamos la Cuaresma con el miércoles de ceniza; este día obre la puerta a este tiempo de revisión serena y de reflexión. El miércoles de ceniza se puede comparar a una flecha; toda flecha apunta a la diana, a un objetivo. El miércoles de ceniza, como una flecha, apunta a la Pascua. Es necesario que iniciemos el recorrido cuaresmal teniendo presente nuestra meta: la Pascua, y, más concretamente, renovar y reafirmar, con confianza y alegría nuestro compromiso como cristianos.


Os invitamos a recorrer con nosotros estas semanas a través de la lectura y reflexión del evangelio de cada domingo. Una trayectoria que nos llevará a la gran fiesta del triunfo de Jesucristo, que es también nuestro triunfo.

miércoles, 3 de febrero de 2010

UN SÁBADO DIFERENTE


El pasado sábado, día 30 de enero, se reunieron por la mañana en nuestro monasterio un numeroso grupo de jóvenes: chicos y chicas de las diferentes parroquias de Reus que se están preparando para recibir el sacramento de la Confirmación. El objetivo era conocerse los unos a los otros y constatar que no se encuentran solos en este camino, y que sus ilusiones, inquietudes, anhelos, dificultades… las viven muchos otros jóvenes como ellos.
Acompañados por algunos sacerdotes y sus catequistas, dedicaron la mañana al conocimiento mutuo, a la reflexión y a la oración, no faltaron tampoco los momentos de distracción.
Nosotras compartimos con ellos, divididos en tres grupos distintos, un rato de diálogo y de comunicación. Les hablamos de nuestra vida, de nuestras actividades, de la oración, de nuestra misión en la Iglesia y en el mundo… Surgieron preguntas, interrogantes que procuramos responder para hacer más comprensible y clara nuestra vida.
También a nosotras nos alentó dialogar con unos jóvenes que quieren vivir con más seriedad su fe y que desean dar un paso más en su vida de cristianos.

Desde estás líneas queremos animaros a todos los jóvenes que estabais presentes en el encuentro a manteneros con ilusión y con alegría en este camino que habéis iniciado. Ser testimonios de Jesús en el mundo en que vivimos no es fácil pero es un camino en el cual no estáis solos. ¡Ánimo y adelante!