En este segundo domingo de Pascua la Iglesia nos presenta un magnífico
texto del evangelista san Juan.
El texto empieza diciéndonos: “estando los discípulos con las puertas cerradas
por miedo a los judíos”. También nosotros, si no estamos atentos,
podemos cerrarnos en nosotros mismos por miedo o por otros motivos (un
problema, una situación dolorosa, unos criterios...). Hace falta velar para que
las puertas de nuestro interior estén siempre abiertas a Jesús.
“Jesús
les dijo: La paz esté con vosotros”. La paz que Jesús resucitado
ofrece a los apóstoles y a cada uno de nosotros es mucho más de lo que podamos
pensar. Recordemos que Él dijo que su paz no era como la del mundo. Con su paz
Jesús nos ofrece su amistad, su ayuda, su alegría, su fuerza, su proximidad.
¡Abrámonos a su Paz!
“Los discípulos se alegraron al ver al Señor”. Tras el
desastre y el doloroso fracaso del calvario, cuando parecía que nada tenía
sentido, Jesús resucitado se hace presente en medio de los suyos y estos
estallan de gozo y de alegría. Cuando Jesús se deja notar en nuestro interior,
su presencia es siempre fuente de paz y de alegría.
Vivamos toda esta cincuentena pascual abriendo
nuestras puertas a Jesús y a su Paz.
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