Después de recorrer las cuatro semanas de Adviento, hemos
llegado a la Navidad. Desde la gran solemnidad de la Navidad hasta la fiesta
del Bautismo del Señor, la liturgia nos ofrecerá textos que nos harán saborear
este gran Misterio de nuestra fe. Dios se ha hecho tan y tan cercano a nosotros
que se ha hecho como uno de nosotros; ha compartido nuestra misma existencia,
incluso nuestras flaquezas y limitaciones.
Celebrar la Navidad es celebrar la proximidad de Dios, su
familiaridad, su amor desbordante y su fidelidad sin límites. Celebrar la Navidad
es celebrar que la luz ha ahuyentado las tinieblas, la oscuridad y la duda y
que la verdadera Luz, Jesucristo mismo, ha iluminado nuestro mundo, nuestra historia
y lo más profundo de cada persona.
Que a lo largo de estos días de Nadal experimentemos de
verdad que Dios está íntimamente cercano a cada persona y a cada
acontecimiento. Que las celebraciones de estos días nos ayuden a abrirnos a la
verdadera luz, Jesucristo, y lo sepamos transmitir a los demás.
¡¡¡Feliz Navidad a todos quienes os acercáis a estas
páginas!!!
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