En este segundo domingo de Adviento, que coincide con la solemnidad de
la Inmaculada, se nos invita a poner nuestros ojos en la gran figura de María.
El texto del evangelio que se proclamará es el relato de la Anunciación.
Intentemos escucharlo y reflexionarlo con novedad, dejándonos sorprender por la
profundidad de este texto a pesar de la sencillez de la narración.
María, como ninguna muchacha de Israel, esperaba la venida del Mesías, y con su sí lo concibió en su corazón y en su seno materno. Era una muchacha enamorada de Dios, abierta a Él y dispuesta a todo lo que el Señor le pudiera indicar. María dio un sí radical al plan que Dios tenía sobre ella, y lo mantuvo a lo largo de toda su vida, desde este momento de la Anunciación hasta el Calvario.
María, como ninguna muchacha de Israel, esperaba la venida del Mesías, y con su sí lo concibió en su corazón y en su seno materno. Era una muchacha enamorada de Dios, abierta a Él y dispuesta a todo lo que el Señor le pudiera indicar. María dio un sí radical al plan que Dios tenía sobre ella, y lo mantuvo a lo largo de toda su vida, desde este momento de la Anunciación hasta el Calvario.
María no pronunció sólo un sí en un momento concreto de su vida,
sino que lo vivió de una forma ininterrumpida, abriéndose en cada momento a la
Palabra de Dios. Ella nos puede enseñar a vivir con fidelidad, a responder con
generosidad y apertura al proyecto que Dios tiene sobre cada uno de nosotros.
Que este segundo domingo de Adviento nos ayude a acercarnos más a la persona de María y a hacer nuestras sus actitudes de entrega y de docilidad.
Que este segundo domingo de Adviento nos ayude a acercarnos más a la persona de María y a hacer nuestras sus actitudes de entrega y de docilidad.
Sigamos
caminando hacia la Navidad con la mirada puesta en la Madre de Jesús.
Ave María, Hermanas: Es un hermoso ejemplo ha copiar de nuestra madre María de su fe ,generosidad y gran amor ha Dios y ha ese si inquebrantable entrega total hasta el calvario de su hijo Jesús como madre de todos sufrió el gran dolor de una gran madre hasta el final. Yo soy madre también y conozco los sufrimientos que se sufren y siempre tengo presente los de la gran madre María Virgen y entonces es cuando pienso que ella siempre sufrió el que sufro yo y el de todas las madres del mundo. Admiro y respeto profundamente vuestra entrega ,amor y humildad recivid todo mi cariño y apoyo en todo cuanto pueda ofreceros. Bendiciones.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Es verdad que María es nuestro modelo y ejemplo en el seguimiento de Jesús, ella siempre caminó en la fe sin verlo todo claro, como nosotros. Las madres sabéis qué significa vivir y luchar por vuestros hijos.
EliminarÁnimo y adelante.