sábado, 14 de junio de 2014

NUESTRO DOMINGO



Hemos dejado atrás el tiempo pascual y esta semana nos hemos ido adentrando en el tiempo ordinario. Pero este domingo vuelve a romper un poco el ritmo para invitarnos a celebrar el día de la Trinidad. Realmente, es un día para pararnos a pensar quién es este Dios en quien creemos.
Dios es Padre que nos ama entrañablemente y que siempre nos ofrece, de forma incansable, su ternura y su perdón.
Dios es Hijo, Jesucristo, que ha compartido y comparte nuestra misma naturaleza humana y se ha hecho nuestro hermano, nuestro amigo, nuestro compañero de camino.
Dios es Espíritu, quien nos da la fuerza, el coraje, la valentía para seguir adelante a pesar de nuestros miedos, nuestras debilidades y dificultades.

En este domingo se nos invita también a tener presentes a todos los contemplativos: hermanos y hermanas que hemos seguido la llamada de Dios a dedicarnos a Él de una manera más particular, por medio de nuestra vida de oración y de silencio, y, en nuestro caso, como clarisas, también de pobreza y de fraternidad.
Que este domingo en que celebramos el Dios a quien contemplamos día detrás día nos ayude a ser siempre fieles a nuestra vocación.

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