Vamos llegando al final
del recorrido de nuestra profesión de fe y, dando un paso más, somos invitados a
poner nuestra mirada en todas aquellas personas que nos han precedido en este
mismo camino. La siguiente afirmación del Credo nos habla de la comunión de los
santos. Todos los hermanos y hermanas que, antes que nosotros han vivido la
misma fe, ahora disfrutan de la visión de Dios para siempre. Es cierto que los
santos y santas han sido personas totalmente fieles a Dios, que se
caracterizaron por su vida de entrega, de servicio de oración, de testimonio… y
que la Iglesia pone ante nuestros ojos como modelos. Pero también es verdad que
hay infinidad de personas que, desde una vida discreta, sencilla y escondida,
han sido igualmente ejemplos de una vida de fe y de dedicación a Dios y a los
demás aunque hayan sido oficialmente reconocidos como santas.
Creer en la comunión de los santos es tener en
cuenta que el camino que ahora estamos haciendo lo han hecho antes multitud de
personas, en las cuales nos podemos mirar, el testimonio de las cuales nos ha
de impulsar a vivir nuestra fe con ilusión y entrega. Allí donde ellos llegaron
un día, llegaremos también nosotros porque nuestra fe así nos lo asegura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario