viernes, 23 de abril de 2010

JESÚS, NUESTRO PASTOR

En el cuarto domingo de Pascua, la liturgia siempre nos presenta la imagen de Jesús como pastor. Una imagen que hoy en día queda algo alejada de nuestra realidad, pero todos sabemos qué es un pastor y cuál es su misión.
El texto del evangelio de este domingo es muy corto pero a la vez muy denso. Jesús nos dice sobre todo dos cosas: Él ha dado la vida por sus ovejas, es decir, por todos y cada uno de nosotros. Un pastor conoce a todas las ovejas de su rebaño; aunque parezca que son iguales, para el pastor no hay ninguna oveja repetida, las sabe diferenciar a todas y a cada una, porque las ve cada día, las cuida y las valora y aprecia por lo que son. Del mismo modo, Jesús conoce y aprecia a cada una de sus “ovejas”, hasta llegar a afirmar que nosotros somos aquello más preciado que tiene y que nadie nos podrá separar nunca de Él porque Jesús, como nuestro Pastor, nos protege, nos valora, nos defiende, nos estima y nos trata como el más valioso tesoro que el Padre le ha dado.
Por parte nuestra hace falta una respuesta. Dice el evangelio que “mis ovejas escuchan mi voz”. A nosotros nos corresponde escuchar la Palabra de Jesús y poner en ella toda nuestra atención por encima de todas las otras palabras y voces que continuamente se hacen presentes en nuestra vida y en nuestro mundo. Si escuchamos a Jesús, lo seguiremos, reconoceremos todo aquello que Él hace por nosotros, se hará nuestro compañero de camino y estaremos seguros a su lado a pesar de las dificultades y los escollos de cada día.
Continuemos recorriendo este precioso tiempo de Pascua agradeciendo al Padre el don que nos ha hecho con su Hijo Jesucristo.

2 comentarios:

  1. Queridas Hnas. Clarisas, les mando un saludo, agradeciendóles por sus oraciones,las he sentido muy dentro de mi corazón, que Dios y Santa Clara les bendiga siempe, por su cariño, y sus palabras llenas de bondad.

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  2. Apreciada Noemí:
    Ya sabes que nuestro recuerdo y oración están siempre contigo.
    Un abrazo de todas las hermanas.

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