jueves, 7 de enero de 2010

EPIFANÍA: MANIFESTACIÓN DE DIOS


Vamos llegando al final de este tiempo de Navidad. Con la celebración de la Epifanía el día 6 de enero y la fiesta del Bautismo del Señor el próximo domingo, cerraremos este hermoso tiempo durante el cual hemos podido profundizar un poco más en el Misterio de Dios hecho hombre, tan cercano y tan igual a nosotros.
En la solemnidad de la Epifanía, el día de los Reyes, se nos recuerda que Dios no se ha reducido a un pueblo determinado, a un lugar concreto, sino que se ha querido dar a conocer a todos los hombres y mujeres que quieran acogerlo y escucharlo sea en el lugar que sea de la tierra. Con la figura de los magos o de los sabios, el evangelio nos hace reflexionar en esta gran realidad: Dios se ha querido y quiere manifestarse a todo el mundo, sólo hay que ponerse en camino, como los magos, enfrentar dificultades y obstáculos y “buscar bien” tal como nos dice el evangelio, para llegar a encontrar a Dios en nosotros mismos, en los demás y en los acontecimientos que nos rodean cada día. Será entonces cuando nuestra alegría, como la de los magos, “será inmensa”. Dios será de verdad “dios con nosotros” tal como hemos intentado vivir a lo largo de esta Navidad.

No queremos olvidar la parte más popular de este día, dirigida especialmente a los más pequeños: los Reyes Magos, generosos con sus obsequios y regalos. Aunque vayan pasando los años, los Reyes siempre siguen siendo para todos unos personajes entrañables que nos traen buenos recuerdos y que nos hacen presente que la ilusión, los sueños, la sorpresa… no se han de perder nunca en nuestra vida. También nosotras, en nuestro monasterio, hicimos una festiva y espléndida cabalgata de los Reyes, también es parte de nuestra vida vivir con ilusión y con gozo siempre renovados.

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