sábado, 11 de abril de 2015

NO ESTABA CON ELLOS



Así como el tiempo de Cuaresma duró cuarenta días, el tiempo de Pascua se alarga cincuenta días, como una invitación de la Iglesia a profundizar un poco más en la contemplación de Jesús Resucitado. Como siempre, os invitamos a recorrer con nosotras estas semanas, siguiendo el evangelio de cada domingo.

En este segundo domingo de Pascua, el evangelio nos presenta a los discípulos reunidos, encerrados porque tienen miedo, acaban de presenciar hace apenas dos días la terrible muerte de su Maestro y Amigo, Jesús. Pero es él mismo quién viene a su encuentro, traspasando todas las barreras, se les manifiesta Vivo y les hace el don de su Paz y de su Espíritu, de su Vida para siempre. Pero Tomás “no estaba con ellos” nos dice el texto. Se encontraba fuera de la comunidad y le cuesta creer y aceptar que Jesús esté vivo, a pesar del testimonio de sus compañeros.
Estar fuera del grupo, de la comunidad, nos dificulta recorrer nuestro camino de seguimiento de Jesús. No podemos vivir solos nuestra fe ni nuestra condición de creyentes, necesitamos el apoyo, la ayuda y la orientación de los demás para crecer y avanzar en nuestro camino. En caso contrario, nos encontraremos abrumados por las dudas, por la incertidumbre, por la soledad...
Tomás, como nosotros, ha de hacer todo un proceso para, finalmente, reconocer a Jesús como “Señor mío y Dios mío”. Los compañeros, la comunidad, le han ayudado y él se ha dejado conducir y orientar.
Intentemos también nosotros vivir con los hermanos y hermanas nuestro seguimiento de Jesús compartiendo y celebrando juntos nuestra fe.

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