viernes, 19 de julio de 2013

JESÚS, NUESTRO SEÑOR



Damos un paso más en nuestra confesión de fe: creer en Jesucristo. El Credo afirma, en segundo lugar, nuestra fe en la persona de Jesús. Y, a partir de aquí sintetiza lo más importante de nuestra fe en Él: se hizo como uno de nosotros y, después de su paso por la tierra haciendo el bien a todo el mundo, fue crucificado y resucitó. Intentaremos ir profundizando en cada una de estas afirmaciones.
Lo primero que se nos dice de Jesús en el Credo es que es Hijo del Padre y también Señor nuestro. Creer en Jesús es reconocerlo como este Hijo que el Padre ha dado al mundo, como su don más preciado y valioso, para que fuera de verdad “Nuestro Señor”, nuestro compañero de camino, nuestro amigo, aquel que siempre está a nuestro lado, compartiendo nuestra misma vida y nuestra propia existencia.
Jesús es “Señor” nuestro, no como aquel que quiere imponer, dominar o ejercer su poder, sino como aquel que quiere orientar nuestras vidas hacia la plenitud y hacia la felicidad plena. Si ponemos de verdad nuestra fe en Jesús, dejaremos que sea Él quien dirija nuestras vidas buscando siempre lo mejor para nosotros; dejaremos que sea nuestro “Señor” y no querremos vivir bajo el dominio de ninguna otra realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario