sábado, 16 de abril de 2011

LA ENTRADA EN LA SEMANA SANTA


Con el domingo de Ramos entramos en la Semana Santa, la semana céntrica de la Iglesia y de todos nosotros. En esta semana contemplaremos la entrega libre y consciente de Jesús en el Cenáculo y en el Calvario, entrega y donación que culminan con la Resurrección. Hoy, domingo de Ramos, conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén sentado en un pollino, aclamado por las multitudes. Con esta acción simbólica Jesús se manifiesta como Mesías, pero no un Mesías prepotente o político, sino humilde, sencillo y portador de paz. Jesús es consciente de que este gesto lo llevará a la muerte, pero él cumple con firmeza la voluntad del Padre. La gente proclamaba: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. También nosotros cada vez que celebramos la Eucaristía lo aclamamos con las mismas palabras, en el canto del “Santo, santo...” Intentemos ser más conscientes de que Aquel que se hace presente con las palabras de la consagración es el mismo Jesús que aclamaba la gente, y que ahora viene a nosotros ofreciéndonos su paz, su vida y su salvación. Esforcémonos a vivir con intensidad esta semana en que la Iglesia nos invita a contemplar a Jesús en su misterio de Muerte y de Resurrección. Intentemos tener sobre los demás, sobre nosotros mismos y las circunstancias que nos rodean la misma mirada serena y confiada de Jesús, que lo dejó todo con confianza en manos del Padre. Entramos con Jesús por “la puerta” del domingo de Ramos que nos conduce, en estos días entrañables, a la contemplación de su amor y de su entrega.

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