viernes, 15 de marzo de 2013

TIRAR PIEDRAS



Llegamos casi al final del tiempo de Cuaresma y, en este domingo, nos volvemos a encontrar con una página magistral del evangelio. Todos conocemos este relato y también hoy os invitamos a leerlo dejándonos sorprender por las actitudes de Jesús.
Los fariseos llevan a Jesús una mujer que ha sido sorprendida cometiendo adulterio, y, el hombre, ¿dónde está? La ley de Moisés ordena apedrearla y, Jesús, ¿qué dice?
La pregunta está formulada con mala intención: si Jesús no considera que la mujer deba ser apedreada, está negando la ley de Moisés; si considera que sí, quedará en descrédito ante de todo el mundo y no será coherente con el mensaje que ha estado anunciando.
La respuesta de Jesús, de acuerdo con su actitud de apertura al Padre, con sus actitudes constantes de amor y de perdón, es totalmente inesperada: “El que no tiene pecado, que le tire la primera piedra”.  Y, con toda la ironía de que es capaz el evangelista, se nos dice que empiezan a marcharse los más viejos, hasta que no queda nadie.
Jesús no condena, no juzga, no cuestiona la dignidad de la persona. Pese a nuestras debilidades, a nuestras carencias, nuestras flaquezas, Él nunca nos condenará. Siempre hay otra oportunidad, siempre hay una ocasión de cambio, de renovación, de mejora…
Pongámonos bajo la mirada amorosa de Jesús y, a la vez, intentemos tener hacia los demás las mismas actitudes, sin querer tirar piedras. Esto nos puede ayudar a terminar de recorrer el camino cuaresmal hacia la Pascua, ya tan cercana.

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