miércoles, 23 de enero de 2013

CON FIDELIDAD Y COHERENCIA


Hace bastantes días que hemos acabado los días dedicados al tiempo de Navidad, un tiempo que acabó con el domingo del Bautismo del Señor. Nos volvemos a encontrar en el tiempo ordinario y queremos terminar, con esta entrada, el comentario a la oración del Padre nuestro que habíamos dejado pendiente.
La oración va llegando a su final con dos breves peticiones: “No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal”. Hemos visto como el Padre nuestro es mucho más que una oración, es todo un programa de vida: nuestra relación con el Padre y con los hermanos y hermanas, nuestras actitudes en el momento de dirigirnos a Dios, nuestra capacidad de perdonar... Ahora, la oración termina con una invitación a pedir a Dios que nos ayude a ser fieles y a mantenernos firmes en momentos en qué nos pueden hacer tambalear las dificultades o lo que nos rodea.
Pedimos al Padre, con Jesús, que nos ayude a no prescindir de Él en los momentos difíciles, que nos ayude a vivir con coherencia con lo que creemos, y que el “mal”, es decir, todo aquello que no nos permite ser felices, no entre en nosotros y no nos aleje de nuestro ideal. Acabamos la oración del Padre nuestro pidiendo sinceramente que la luz, la bondad, el amor, la ternura de Dios estén siempre presentes en nuestras vidas.
Ojalá estas sencillas reflexiones nos animen a vivir con las mismas actitudes y sentimientos con qué Jesús se dirigía al Padre y a todas las personas.