viernes, 3 de diciembre de 2010

MIRAR Y ACOGER A JESÚS


Nos encontramos en el segundo domingo de Adviento, de este hermoso tiempo de preparación para la celebración de la Navidad.
El evangelio de este domingo nos lanza dos grandes invitaciones: “convertíos” y “preparad el camino del Señor”. Es Jesús mismo quien nos habla, ya sea en la voz de Juan o del profeta Isaías, y nos llama a la conversión: “convertíos”. Jesús nos llama a volver la mirada hacia Él, a orientar y a centrar nuestra vida en Él, a escuchar su Palabra, a amar a los hermanos a su estilo… Jesús nos invita también a prepararle un camino, una ruta en nuestra persona, un espacio en nuestra vida. Jesús quiere caminar con nosotros, quiere ser nuestro compañero y guía, quiere que disfrutemos de su amistad... pero, para ello, tenemos que abrirle la puerta de nuestro interior, tenemos que dejarle paso, que allanarle una ruta, en una palabra, hemos de acogerlo como quien acoge a un amigo muy querido.
Seguimos escuchando el evangelio y Joan Bautista dice: “dad el fruto que pide la conversión”. La conversión real, sincera se hace presente en la vida de cada día. Buscar un rato de oración para escuchar a Jesús, para acoger, ayudar, alentar al hermano, perdonar de corazón, el esfuerzo de mejorar en todos los niveles... son signos de nuestra conversión, de que verdaderamente estamos abriendo una ruta a Jesús en nuestra vida.

Aprovechemos con alegría este tiempo que nos propone la Iglesia y caminemos así hacia la Navidad. ¡Será la mejor preparación que podemos hacer!

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