viernes, 20 de enero de 2012

CONTEMPLAR A MARÍA

Tras el tiempo de Adviento y de Navidad, retomamos el comentario de algunos textos de los escritos de santa Clara. Hoy nos quedaremos en la invitación que hace a su amiga Inés cuando le escribe: “Adhiérete a su Madre dulcísima, que engendró un tal Hijo: los cielos no lo podian contener”.

Clara invita a Inés a unirse en María en el sentido más amplio del término: a adherirse a ella, a sus actitudes, a fijarse cómo respondió al Señor, a mirarla con el deseo de seguir sus huellas… Clara contempla a María como la que “engendró un Hijo que los cielos no lo podían contener”. Admira de la grandeza de María como Madre de Jesucristo, pero todavía la admira más como seguidora de su Hijo. María es la pobre, es la que vive de forma más plena las bienaventuranzas, la que acoge y reflexiona la Palabra, la que vive abandonada y confiada en las manos del Padre…

Para Clara María es muy grande porque la ve íntimamente unida a Jesús, compartiendo su vida de pobreza y desprendimiento, de humildad y abandono, de servicio y entrega. El deseo de Clara es que su amiga Inés, y también todos nosotros, miremos a María y, como ella, vivamos profundamente unidos a Jesús.

Esforcémonos por hacer realidad el deseo de Clara, ¡que es el deseo del mismo Jesús!

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