miércoles, 25 de agosto de 2010

POR LOS CAMINOS DE LA ORACIÓN

Varias veces hemos hablado en este blog de orar, de hacer oración, de escuchar y reflexionar la Palabra de Dios. Queremos dedicar algunas entradas a este tema, apasionante y cautivador a la vez.
Adentrarse en los caminos de la oración es como empezar una aventura, el objetivo de la cual no es otro que responder a la invitación que Dios dirige a cada uno de nosotros, una invitación a dialogar con Él, a escucharlo, a hablarle, a poner en sus manos todos nuestros anhelos, deseos, inquietudes, dificultades, alegrías... y a recibir por su parte una respuesta de amor y de amistad, vivida en lo más íntimo de nosotros mismos.
La oración es iniciativa de Dios, que pone en el interior de cada persona este profundo deseo de diálogo y de comunicación. Estamos creados para la comunión, no para la soledad ni el aislamiento. Crecemos y nos desarrollamos gracias al trato con los demás, gracias al diálogo y a la comunicación con las personas que nos rodean. Escuchar y ser escuchados, amar y ser amados, acoger y ser acogidos nos ayuda a vivir en plenitud y a ser felices, a estar bien con nosotros mismos y con los demás. ¿Como no nos ha de ayudar a ser más felices todavía sabernos y sentirnos acogidos, escuchados, amados por Dios, nuestro Creador? Y más aún: este mismo Dios nos invita incansablemente a establecer con Él una relación de comunicación, de diálogo, de amistad y de amor.
La oración no es otra cosa que aceptar esta invitación, corresponder aportando a la vez nuestra apertura. Nuestras capacidades y, en definitiva, nuestra vida.
Os invitamos, pues, a recorrer con nosotras los caminos de la oración. A compartir ilusiones y también dificultades, a adentrarnos en esta fascinante aventura de la relación con Dios que es también relación con los hermanos.

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