viernes, 3 de mayo de 2013

EL DON DE LA PAZ



Vamos llegando al final del tiempo pascual, seguimos escuchando y reflexionando las palabras de Jesús en el contexto de la último cena, como las palabras de despedida dirigidas a sus discípulas y, por lo tanto, a todos nosotros.
En el evangelio de este domingo se agrupan numerosas ideas que nos pueden ayudar a estrechar nuestra relación con Jesús. Nos quedamos con una de ellas: Jesús nos ofrece su paz, el regalo, el don de la paz. Una paz que no es tan sólo la ausencia de guerra, de tensiones, de peleas... El mismo Jesús nos dice que su paz no es “como el mundo la da”. La paz de Jesús es, sobre todo, el don que nos hace de Él mismo. Se nos da Él mismo para compartir nuestra vida, nuestro camino, nuestras dificultades, ilusiones, esperanzas, expectativas… Él es nuestra Paz.
Que sepamos valorar y apreciar el don que Jesús nos hace de Él mismo para estar a nuestro lado por siempre. Por dificultades y obstáculos que podamos encontrar en nuestro camino, tenemos la certeza de que no estamos solos.
Que nuestra paz, nuestra alegría, nuestra ilusión, el sentido de nuestra vida lo sepamos encontrar en Él mismo. Este tiempo pascual nos lo vuelve a recordar y nos anima a vivirlo.

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