martes, 22 de diciembre de 2009

NAVIDAD: DIOS CON NOSOTROS



Después de recorrer las cuatro semanas del tiempo de Adviento, hemos llegado finalmente a la solemnidad de la Navidad. En estos días, los que participaremos en la liturgia, escucharemos diversos relatos del misterio de la Navidad narrados por diferentes evangelistas. Escucharemos la narración sencilla, entrañable y siempre nueva de san Lucas que nos cuenta el nacimiento de Jesús en Belén, y también el maravilloso y profundo himno de san Juan que nos presenta a la persona de Jesús con el Padre desde toda la eternidad y que, en un momento determinado de la historia, se hizo como uno de nosotros.
El mensaje es el mismo, cada narración nos quiere dar a entender y valorar esta realidad: Dios se ha hecho tan próximo a nosotros que nos ha dado el regalo de su Hijo. Este Jesús que vemos hecho niño, pequeño como uno de nosotros, es el mismo que viene a nuestro encuentro en la celebración de la Eucaristía y que se nos entrega del todo, con esta mirada tenemos que contemplarle.
Los pastores que reciben el anuncio del ángel simbolizan a todas aquellas personas sencillas y humildes que son sensibles a acoger a Dios en su interior, y que saben corresponder con amor y con entrega hacia Él y hacia los demás.
Celebrar la Navidad es celebrar la manifestación de Dios a todas las personas y su cercanía hacia todas las personas.
Intentemos vivir la Navidad con María, la madre de Jesús y, como ella, ver en Jesús al enviado del Padre que viene a llenar nuestros vacíos y a saciar nuestra sed de infinito.


Desde aquí os deseamos una feliz Navidad y os invitamos a ver los pesebres de nuestro monasterio. ¡FELIZ NAVIDAD!

viernes, 18 de diciembre de 2009

"DICHOSA TÚ, QUE HAS CREÍDO"


Está finalizando el tiempo de Adviento y nos hallamos a las puertas de la Navidad. El evangelio de esta semana nos presenta a María que visita a su prima Isabel. Cuando Isabel oye el saludo de María le dice: “¡Dichosa tú, que has creído!”.
María es dichosa, llena de grandeza, porque ha acogido la Palabra, la ha guardado, se ha adherido a ella; es bienaventurada por su fe, por su Sí confiado e incondicional a Dios y a sus designios. María es bendita porque, a través de ella, Jesús pudo venir a nosotros.
También nosotros podemos participar de la felicitación de María si hacemos nuestras sus actitudes: si hay en nosotros apertura y docilidad a la Palabra, si la acogemos, la reflexionamos y dejamos que ella sea nuestra compañera de camino intentando descubrir lo que Dios nos quiere decir en cada momento.
Si vivimos así podremos acercarnos al misterio de Navidad con apertura, disponibilidad, sencillez, un poco al estilo de Maria. Y como ella, también nosotros seremos portadores de Jesús donde estemos o vayamos.Isabel se alegra llena de gozo y exclama: “¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor?”. Este gozo de Isabel es también nuestro: ¡el mismo Señor con nosotros! ¡Abrámosle nuestro corazón, escuchémosle, alabémosle… en esta Navidad!

viernes, 11 de diciembre de 2009

¿QUÉ HACEMOS NOSOTROS?


Nos encontramos ya en el tercer domingo de Adviento, poco a poco nos vamos aproximando a la Navidad. El mensaje del evangelio de hoy es muy claro. La gente que ha escuchado la predicación de Juan Bautista se ha sentido interpelada en su interior, algo les ha conmovido y pregunta a Juan: “¿Qué hacemos nosotros?”.
Las respuestas de Juan Bautista son claras y sencillas: compartir con los que no tienen, respetar a los demás, tratarlos bien… en definitiva, hacer el bien a los que nos rodean según nuestras posibilidades, y amar sinceramente.
Si obramos así estamos verdaderamente “abriendo los caminos al Señor” porque es una forma de darlo a conocer a los demás.
Dice también el evangelio que “El pueblo estaba en expectación”; la gente vivía atenta y vigilante esperando al Mesías anunciado. También nosotros podemos vivir con esta actitud, atentos a lo que el Señor nos quiera pedir en cada momento de nuestra vida. Esta es una forma de esperarlo y de mantenernos ilusionados para vivir en profundidad el próximo misterio de la Navidad.

Sigamos recorriendo el camino del Adviento con alegría.

viernes, 4 de diciembre de 2009

PREPARAD EL CAMINO DEL SEÑOR


En el evangelio de este segundo domingo de Adviento resuena esta llamada: “Preparad el camino del Señor”. En un tiempo histórico muy concreto, tal como nos indica el principio del texto, Dios dirige una invitación a Juan Bautista: “Vino la palabra de Dios sobre Juan, en el desierto”. Juan es enviado para despertar en sus contemporáneos el deseo y la sed de Dios, es llamado para anunciarles que llega un tiempo de cambio y de esperanza para todos e invita a la gente a convertirse, es decir, a cambiar, a renovar sus actitudes.
También hoy esta invitación se dirige a cada uno de nosotros, es necesario que abramos en nuestro interior el camino del Señor, que significa quitar obstáculos e impedimentos que nos dificultan escuchar su Palabra y nos impiden saber qué es lo que Dios quiere de nosotros. Si de verdad lo intentamos, si nos esforzamos a abrir nuestro corazón, nuestros “montes” inconvenientes, miedos, pesimismos, desánimos… “descenderán”, y las “colinas”, nuestros obstáculos y dificultades se convertirán en valles dejando paso al Señor y a lo que Él quiera de nosotros.
Animémonos a seguir recorriendo el camino del Adviento para que esta travesía nos ayude a acercaros más a Dios, a los demás y a ser más testimonios de Jesucristo en nuestro ambiente.