Con el deseo de ir
penetrando todavía más en este momento central de la celebración, reflexionemos
un poco más sobre la entrega de Jesús, que se actualiza cada vez que
participamos en la Eucaristía. El deseo de Jesús es que su actitud se actualice
y que se haga presente a todo el mundo por medio de las personas que quieren amar
y entregarse tal como Él lo hizo. La entrega de Jesús es ilusionada; tiene una
mirada universal; desea renovar cada persona y abrazar a todos; quiere
permanecer presente en medio de todos los hombres y mujeres del mundo...
La voluntad de Jesús es
que su entrega en la Eucaristía se actualice para que tengamos “vida en
abundancia”, para que nos sepamos amados por Él y para que experimentemos el
gozo pleno de su Resurrección.
Jesús Resucitado está
presente dentro de cada uno de nosotros. Con Él seremos sus testigos; con Él no
tendremos miedo de nada ni de nadie; con Él seremos instrumentos de paz y de
unidad...
Si celebramos y actualizamos la radical entrega de
Jesús, también nosotros nos entregaremos, con Él y como Él, a todas aquellas
personas que lo necesiten.