Un año más se nos invita a
adentrarnos en el tiempo de Cuaresma, cuarenta días para vivir con gozo
creciente este camino hacia la celebración de la Pascua, la fiesta central del
año.
Intentemos vivir estas
semanas contemplando a la persona de Jesús, que el evangelio de cada domingo
nos presentará, intentando hacer nuestras sus actitudes y sus sentimientos.
El primer domingo,
veremos a Jesús tentado en el desierto, como uno de nosotros, pero
manteniéndose fiel a su misión a pesar de obstáculos y dificultades. Mirémoslo,
el segundo domingo, transfigurado, dejando resonar en nuestro interior la
invitación del Padre: “Escuchadlo”.
Después, el resto de
domingos, con las parábolas de la higuera, del hijo alejado de casa de su
padre, de la mujer sorprendida en adulterio, abrámonos a su amor, a su
misericordia, a su ternura, a su amistad incondicional... y cojamos esta mano
que siempre se nos alarga para acompañarnos, ayudarnos y alentarnos.
Que vivamos esta Cuaresma
con novedad, con la mirada puesta en la celebración de la Pascua, dispuestos a
reafirmar nuestro compromiso con Jesucristo, sea cuál sea el lugar donde nos
encontremos.
¡Gozosa Cuaresma para
todos aquellos y aquellas que os acercáis a estas páginas!