jueves, 19 de febrero de 2015

CUARESMA: CONVERSIÓN Y COMPROMISO



Un año más nos encontramos en el tiempo de Cuaresma, recibámoslo como un don y como una nueva oportunidad para reafirmar nuestro compromiso como creyentes, y para dirigir, más intensamente, nuestra vida hacia Dios y hacia los demás.

La Cuaresma es un camino hacia la vida, hacia la próxima Pascua, en la cual celebraremos el triunfo de Jesucristo sobre la muerte. Por eso es importante que, a lo largo de estos cuarenta días, tengamos la mirada fija en lo que celebraremos al final de este recorrido: Jesucristo Resucitado vive por siempre entre nosotros y nos ofrece constantemente su amistad y su amor.

El primer domingo de Cuaresma, el evangelio nos invita a contemplar a Jesús en el desierto, tentado por todo aquello que lo quiere apartar de su misión y de su adhesión incondicional al Padre. A pesar de que, en muchos momentos de su vida, Jesús tuvo que vivir el desierto de la incomprensión, de la soledad, del abandono... siempre puso su confianza en las manos del Padre y no se dejó llevar por el desaliento ni por el desánimo.

Él mismo nos invita a convertirnos, es decir, a dirigir toda nuestra persona hacia Dios, a deshacernos de todo aquello que nos aparta de Él y que también nos aleja de los hermanos.
Que este tiempo de Cuaresma nos ayude a ir dejando atrás todo lo que nos frena en nuestro caminar, para poder llegar a celebrar la Pascua con una verdadera actitud de compromiso.

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