viernes, 29 de noviembre de 2013

UN TIEMPO DE VELA

Nos volvemos a encontrar en el Adviento, este tiempo, breve pero intenso, en qué somos invitados a intensificar una serie de actitudes con el fin de abrir nuestro corazón y toda nuestra persona a la acción de Dios en nosotros.
Es cierto que el Adviento es una oportunidad para prepararnos para la Navidad pero también es mucho más que esto. A lo largo de estas cuatro semanas, además de una ayuda para vivir la Navidad ya cercana, se nos insiste en una actitud fundamental en nuestra vida: velar. Velar es propio de quien espera, de quien vive en expectación y con ilusión ante un acontecimiento que se acerca. En nosotros, esta espera es la llegada de Dios en nuestra vida, no sólo la llegada de Dios en nuestra historia que celebraremos para Navidad, sino también la venida de Dios en nuestra vida de cada día, por medio de los acontecimientos, de las personas que nos rodean, de su Palabra... Dios viene cada día en nuestra realidad y por ello tenemos que estar en una actitud permanente de vela y de escucha con el fin de captar su presencia y su acción. En el evangelio de este I domingo de Adviento, Jesús nos dirá: "Estad en vela" y "Estad preparados". Intentemos vivir así con el fin de captar su acción en nosotros y poder vivir su proximidad en lo más íntimo de nosotros mismos. Así nos prepararemos de verdad a vivir la Navidad.

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