La amistad es un valor esencial en nuestra vida. Todos
tenemos la experiencia de tener amigos y amigas auténticos, que están a nuestro
lado, que nos ayudan y nos comprenden, que comparten con nosotros buenos y
malos momentos, que están siempre disponibles y con quienes podemos contar
siempre que queremos porque, sencillamente, están ahí.
En el evangelio de este VIº domingo de Pascua,
Jesús nos habla, entre otras muchas cosas, de la amistad, no como una teoría
sino que nos asegura que “Vosotros sois
mis amigos”.
Si nosotros podemos poner nuestra confianza en los amigos
que lo son de verdad, y podemos encontrar en ellos apoyo y ayuda, ¡cuanto más
lo encontraremos en la persona de Jesús, que nunca nos fallará!
Tener a Jesús como amigo, es fuente de alegría y de amor. Tener a Jesús como amigo también implica, por parte nuestra, una respuesta generosa y comprometida, el compromiso de amarnos mutuamente tal como Él nos ha amado. Jesucristo se ha entregado totalmente por nosotros y quiere hacernos participar de su vida ofreciéndonos su amistad. Abrámonos y valoremos este don.
Tener a Jesús como amigo, es fuente de alegría y de amor. Tener a Jesús como amigo también implica, por parte nuestra, una respuesta generosa y comprometida, el compromiso de amarnos mutuamente tal como Él nos ha amado. Jesucristo se ha entregado totalmente por nosotros y quiere hacernos participar de su vida ofreciéndonos su amistad. Abrámonos y valoremos este don.
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