viernes, 13 de abril de 2012

UN CAMINO DE CINCUENTA DÍAS


Si durante la Cuaresma hicimos cuarenta días de camino, en el tiempo pascual son cincuenta los días que la Iglesia nos pone delante para profundizar en el Misterio y en el Gozo de Jesús Resucitado. Cincuenta días para contemplar e interiorizar esta gran realidad que es el fundamento de nuestra fe: Jesús está realmente vivo y presente siempre entre nosotros. Si siempre debemos tenerlo presente, durante el tiempo pascual se nos invita, por medio de la liturgia, a adentrarnos más todavía en este Misterio.
Hagamos, pues, el recorrido de estos cincuenta días con la ilusión de que estamos celebrando un Gran Domingo, el día de la Resurrección del Señor.
En el evangelio de este segundo domingo de Pascua, Jesús dice a sus discípulos: “Paz a vosotros”, una paz que quiere que disfrutamos cada uno de nosotros, la paz que sólo podemos encontrar si lo dejamos entrar en nuestro interior escuchando y reflexionando su Palabra. La Paz que Jesús nos ofrece no es sólo una ausencia de malestar o de dificultades, su Paz es gozo, es alegría, es silencio reflexivo, es amor, es ternura, es conocimiento, es apertura...
Acojamos esta Paz y, con ella, ¡estaremos acogiendo al mismo Jesús!

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