miércoles, 7 de septiembre de 2011

EL CAMINO DE LAS BIENAVENTURANZAS


Tras el paréntesis de estos últimos días de agosto y a punto de volver a empezar el curso con todas las actividades que comporta, volvemos a emprender, en nuestro blog, la serie de comentarios de textos breves de los escritos de santa Clara. Hoy os proponemos esta hermosa frase que Clara dirige a su amiga Inés en una de sus cartas: “Segura, gozosa y alegre, marcha por el camino de las bienaventuranzas”. Con estas palabras Clara señala a su amiga Inés el camino que debe recorrer si quiere seguir a Jesucristo: el de las bienaventuranzas.

Clara ha vivido todas las bienaventuranzas pero ha abrazado de manera especial la primera, la de los pobres de espíritu. Ella ha contemplado una y otra vez al Pobre por excelencia: Jesucristo. Enamorada de Él, ha querido hacerse como Él: pobre de bienes y pobre de espíritu, abandonando su vida al Padre, con una confianza plena. Como Jesucristo, Clara pone su seguridad sólo en Dios y experimenta como el Padre vela con solicitud por ella. Esto es una fuente inagotable de gozo.

Las bienaventuranzas son camino de felicidad y de plenitud, por esto Clara insta a Inés a seguir esta senda. Le dice: “Segura, gozosa y alegre”. “Segura”, con firmeza, con convicción, con confianza plena porque es el camino mostrado por el Maestro. “Gozosa y alegre”, porque lo prometido por las bienaventuranzas es experimentar y disfrutar del amor de Jesucristo, de su proximidad, de todo el que Él nos ofrece. La ruta de las bienaventuranzas abre las puertas de la plenitud, del gozo, de toda la felicidad a qué una persona puede aspirar; por este motivo Clara anima: “Marcha segura, gozosa y alegre”.

Toda persona desea y anhela la felicidad perdurable, la plenitud y la paz más profundas. Jesucristo nos enseñó cómo conseguir este tesoro, y nos dejó el magnífico programa de las bienaventuranzas. Santa Clara, san Francisco y muchas personas que nos han precedido se lo hicieron suyo. Ahora nos toca a nosotros adentrarnos en esta ruta donde Jesús nos espera. ¡Manos a la obra!

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