Un año más nos volvemos
a encontrar en el tiempo de Cuaresma, don e invitación de Dios y de la Iglesia
para vivir más intensamente estas semanas, que nos harán llegar a la alegría
desbordante de la Pascua.
Como los otros años, os invitamos a recorrer con nosotras el camino cuaresmal por medio de los textos del evangelio de cada domingo. Su lectura y su reflexión nos pueden ayudar a acercarnos un poco más a la persona de Jesús.
En este primer domingo, contemplamos a Jesús en el desierto, antes de empezar su misión por los caminos de Galilea: “El Espíritu Santo lo llevó al desierto”. El desierto es símbolo de encuentro y de intimidad con Dios, por su soledad, por su silencio, por su aislamiento. Jesús se dirige al desierto y allá tiene que enfrentarse con todo aquello que quiere apartarlo de hacer lo que el Padre le pide (“fue tentado”). Gracias a su relación fuerte con el Padre, a la búsqueda constante de su voluntad, Jesús rechaza todo aquello que lo quiere desviar de su camino y, con la ayuda de la Palabra de Dios, sigue adelante en su misión.
Como los otros años, os invitamos a recorrer con nosotras el camino cuaresmal por medio de los textos del evangelio de cada domingo. Su lectura y su reflexión nos pueden ayudar a acercarnos un poco más a la persona de Jesús.
En este primer domingo, contemplamos a Jesús en el desierto, antes de empezar su misión por los caminos de Galilea: “El Espíritu Santo lo llevó al desierto”. El desierto es símbolo de encuentro y de intimidad con Dios, por su soledad, por su silencio, por su aislamiento. Jesús se dirige al desierto y allá tiene que enfrentarse con todo aquello que quiere apartarlo de hacer lo que el Padre le pide (“fue tentado”). Gracias a su relación fuerte con el Padre, a la búsqueda constante de su voluntad, Jesús rechaza todo aquello que lo quiere desviar de su camino y, con la ayuda de la Palabra de Dios, sigue adelante en su misión.
A nosotros nos pasa,
muy a menudo, lo mismo. Escuchamos muchas voces que nos quieren alejar de hacer
lo que agrada a Dios, que nos apartan del servicio y de la entrega a los demás.
Nos hace falta buscar momentos de “desierto” en nuestra vida de cada día con el
fin de abrirnos a la Palabra de Dios y de continuar caminando con la convicción
de que somos seguidores de Jesús y que debemos vivir consecuentes con lo que
creemos.
Esta Cuaresma puede ser una oportunidad de “desierto” para cada uno de nosotros, una ocasión de poder detenernos para reflexionar, para orar y poder llegar con convicción a la celebración de la Pascua.
Esta Cuaresma puede ser una oportunidad de “desierto” para cada uno de nosotros, una ocasión de poder detenernos para reflexionar, para orar y poder llegar con convicción a la celebración de la Pascua.
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