miércoles, 9 de febrero de 2011

DISPONIBILIDAD Y FIDELIDAD


En la última entrada tratamos dos de las actitudes que nos pueden ayudar y que son fundamentales en el momento de la oración. Hoy desarrollaremos dos actitudes más que son necesarias para situarnos delante de Dios: la disponibilidad y la fidelidad.

- Disponibilidad: si sabemos que somos muy amados por una persona, haremos todo aquello que le guste y que la haga feliz, no por obligación o imposición, sino porque queremos corresponder al amor que nos tiene y deseamos manifestarle con hechos concretos que también la amamos.
Si he descubierto un poco el Amor que Dios me tiene a mí personalmente, estaré tan feliz y agradecido que de mí nacerá, espontáneamente, un amor hacia Él que se traducirá en una aceptación dispuesta y dichosa de sus caminos. En mí habrá una disponibilidad plena a aquello que quiera pedirme. Esta es otra de las actitudes que debemos tener en el momento de escuchar Dios a través de su Palabra, una apertura a lo que me quiera pedir.


- Fidelidad: hoy en día la fidelidad esta en descrédito y no tiene prestigio, pero la fidelidad es lo que revela si el amor es verdadero y auténtico. Si esto sucede en las relaciones humanas, igualmente se da en nuestro trato con Dios. Si amamos o queremos amar a Dios con un amor creciente, seremos fieles, aunque nos cueste, a nuestro encuentro con Él. No estaremos presentes sólo materialmente, sino que nos esforzaremos por dedicarle el tiempo que nos hemos propuesto con todo nuestro afecto. La fidelidad es cuestión de amor. Si nos es difícil, pidámosle sinceramente que nos haga fieles. En el camino de oración que hemos iniciado o queremos iniciar, no nos hagamos atrás, seamos constantes aunque nos parezca que perdemos el tiempo porque la fidelidad perdurable dará su fruto.

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