sábado, 14 de mayo de 2016

EL DON DEL ESPÍRITU



Con el domingo de Pentecostés llegamos al final del tiempo de Pascua. Durante cincuenta días hemos intentado profundizar en la experiencia de Jesús Resucitado, Vivo para siempre en medio de nosotros. El evangelio de cada domingo nos lo ha presentado desde aspectos y matices diferentes, animándonos a reconocer a Jesús en los demás, a experimentarlo como nuestro pastor, como aquel que está siempre a nuestro lado para compartir el mismo camino y toda nuestra vida.
Hoy el evangelio nos quiere hacer valorar y reconocer el don del Espíritu Santo a cada uno de nosotros. No es fácil entender qué es el Espíritu Santo. Pero lo entenderemos algo más si miramos como actúa en nosotros. El Espíritu es un regalo que Jesús y el Padre nos hacen: “Recibid el Espíritu Santo”. El Espíritu es para nosotros el compañero de camino que nos orienta y nos ilumina en nuestra vida. El Espíritu es quien nos guía, especialmente a través de la Palabra, en nuestro camino hacia Dios; es la fuerza que nos empuja a superar los obstáculos por mantenernos fieles al Evangelio; es quien hace renacer en nosotros la ilusión y el deseo de seguir a Jesús cada día pese al desaliento o el cansancio; es quien nos ayuda a perdonar, a servir, a amar a los demás; es quienes nos va iluminando a la persona de Jesús y nos impulsa a darlo a conocer a nuestros hermanos. El Espíritu Santo puede renovar y transformar profundamente nuestras vidas.
Por esto Jesús dice a los discípulos y también a nosotros: “Recibid el Espíritu Santo”: recibidlo, abríos a Él, acogedlo, sed dóciles a su luz, dejaos conducir por Él…Desde aquí os deseamos un alegre término del tiempo pascual y que el gozo de estos días se haga extensivo a toda nuestra vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario