viernes, 29 de abril de 2011

ABRÁMOSLE LAS PUERTAS



En este segundo domingo de Pascua la Iglesia nos presenta este magnífico texto del evangelista san Juan.
El texto empieza diciéndonos: “estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos”. También nosotros, si no estamos atentos, podemos cerrarnos en nosotros mismos por miedo o por otros motivos (un problema, una situación dolorosa, unos criterios...). Hace falta velar para que las puertas de nuestro interior estén siempre abiertas a Jesús.
“Jesús les dijo: La paz esté con vosotros”. La paz que Jesús resucitado ofrece a los apóstoles y a cada uno de nosotros es mucho más de lo que podamos pensar. Recordemos que Él dijo que su paz no era como la del mundo. Con su paz Jesús nos ofrece su amistad, su ayuda, su alegría, su fuerza, su proximidad. ¡Abrámonos a su Paz!
“Los discípulos se alegraron al ver al Señor”. Tras el desastre y el doloroso fracaso del calvario, cuando parecía que nada tenía sentido, Jesús resucitado se hace presente en medio de los suyos y estos estallan de gozo y de alegría. Cuando Jesús se deja notar en nuestro interior, su presencia es siempre fuente de paz y de alegría.
Intentemos disfrutar de este tiempo pascual tan rico que la Iglesia nos ofrece año tras año para ir profundizando en la gran realidad de Jesucristo Resucitado. Dejémonos llenar de su presencia entre nosotros y dejémonos acompañar por Él en nuestro camino de cada día.

jueves, 21 de abril de 2011

VERDADERAMENTE HA RESUCITADO EL SEÑOR

Tras recorrer el camino cuaresmal, hemos llegado a la fiesta gozosa de la Pascua.
Ahora, a lo largo de cincuenta días, la liturgia nos invita a vivir con alegría y con ilusión esta gran realidad, que es el centro de nuestra vida cristiana: "Verdaderamente ha resucitado el Señor".
El evangelio de estos días nos anuncia el gran acontecimiento que conmovió los discípulos y seguidores de Jesús: el Señor, que habían visto crucificado, muerto y sepultado, había resucitado, había triunfado de la muerte para vivir para siempre entre nosotros.
Esta es la gran noticia que los apóstoles se aprestaron a anunciar por todas partes, con alegría y con un entusiasmo decidido.
Como los discípulos, hace falta que irradiemos en nuestro mundo la Paz, el Gozo, la Vida que Jesús nos trae y, con nuestro testimonio, sepamos comunicar a los demás la Persona de Jesús. El ángel dice a las mujeres que Jesús “no está aquí”. Muchas veces buscamos a Jesús donde no está, pero sabemos que Él siempre se deja encontrar y quiere que lo busquemos con constancia y fidelidad.
Desde estas líneas os queremos desear una gozosa Pascua. Que la Luz y la Paz de Jesús Resucitado llenen cada una de vuestras vidas.
¡Feliz Pascua a todos!

lunes, 18 de abril de 2011

OTRO DOMINGO DE RAMOS

El domingo de Ramos del año 1212, ocho siglos atrás, santa Clara se fugó por la noche de casa de sus padres para empezar una nueva forma de vida como la que llevaban san Francisco y sus compañeros. La vida que llevará Clara y las compañeras que enseguida se le unirán será de seguimiento de Jesucristo en pobreza, en fraternidad, en oración y trabajo. Por esto, el domingo de Ramos siempre ha sido un día especial para todas las clarisas. Ayer empezó para todas las clarisas del mundo la celebración de un año centenario, que durará hasta la fiesta de santa Clara de 2012, con el fin de conmemorar estos 800 años de nuestra fundación. Desde aquel domingo de Ramos de 1212, las hermanas clarisas nos hemos ido extendiendo por todo el mundo intentando continuar el estilo de vida que nuestra madre santa Clara inició. Os queremos pedir, pues, que os unáis a nuestro gozo por estos ocho siglos de vida en la Iglesia, y también vuestro acompañamiento y vuestra presencia para que sigamos realizando nuestra misión. Gracias por compartirlo con nosotras.

sábado, 16 de abril de 2011

LA ENTRADA EN LA SEMANA SANTA


Con el domingo de Ramos entramos en la Semana Santa, la semana céntrica de la Iglesia y de todos nosotros. En esta semana contemplaremos la entrega libre y consciente de Jesús en el Cenáculo y en el Calvario, entrega y donación que culminan con la Resurrección. Hoy, domingo de Ramos, conmemoramos la entrada de Jesús en Jerusalén sentado en un pollino, aclamado por las multitudes. Con esta acción simbólica Jesús se manifiesta como Mesías, pero no un Mesías prepotente o político, sino humilde, sencillo y portador de paz. Jesús es consciente de que este gesto lo llevará a la muerte, pero él cumple con firmeza la voluntad del Padre. La gente proclamaba: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. También nosotros cada vez que celebramos la Eucaristía lo aclamamos con las mismas palabras, en el canto del “Santo, santo...” Intentemos ser más conscientes de que Aquel que se hace presente con las palabras de la consagración es el mismo Jesús que aclamaba la gente, y que ahora viene a nosotros ofreciéndonos su paz, su vida y su salvación. Esforcémonos a vivir con intensidad esta semana en que la Iglesia nos invita a contemplar a Jesús en su misterio de Muerte y de Resurrección. Intentemos tener sobre los demás, sobre nosotros mismos y las circunstancias que nos rodean la misma mirada serena y confiada de Jesús, que lo dejó todo con confianza en manos del Padre. Entramos con Jesús por “la puerta” del domingo de Ramos que nos conduce, en estos días entrañables, a la contemplación de su amor y de su entrega.

viernes, 8 de abril de 2011

"VEN AFUERA"


Vamos llegando al final del camino cuaresmal. Este domingo las lecturas nos hablan de resurrección, especialmente lo vemos en el evangelio. El evangelio de hoy nos muestra, por un lado, la parte humana de Jesús: llora por la muerte de Lázaro, se conmueve profundamente ante el sepulcro de su amigo, lo sacude el dolor y la aflicción de sus dos hermanas, que confían plenamente en Él, capaz de poder hacer aquello que humanamente es del todo imposible. Y, por otro lado, se nos manifiesta la divinidad de Jesús. En el signo de la resurrección de Lázaro, Jesús no busca hacer un gran prodigio, ni busca su propia gloria o ser admirado de todo el mundo. Sencillamente comunica a los demás el don que ha recibido del Padre de dar la vida. Jesús es fuente de vida para cada uno de nosotros. Cuántas veces también nosotros nos sentimos “muertos” en nuestra vida o no encontramos sentido en las cosas, y no nos damos cuenta que Jesús quiere hacernos salir de nuestra situación devolviéndonos a la vida como hizo con Lázaro. El grito que Jesús dirige a Lázaro: “Lázaro, ven afuera”, va dirigido también a cada uno de nosotros. Hace falta que salgamos de todo aquello que frena nuestro andar hacia Dios, de todo aquello que nos aparta de los demás, de todo aquello que no nos deja ser coherentes, en definitiva, de todo aquello que no nos aporta vida y que nos hace permanecer anclados en nuestra vida… Jesús es el único que nos puede aportar esta verdadera vida, abrámonos a Él mientras acabamos de recorrer este último trayecto hacia la próxima Pascua.