miércoles, 5 de agosto de 2015

EL DON DE SU MISMA VIDA



Sigamos adentrándonos en este momento central de la celebración, un momento en que nos hace falta la luz del Espíritu para poder captar algún aspecto de la tensión emocional de Jesús.
Para las personas de aquella cultura, la sangre era la misma vida. Con esta visión tenemos que intentar entender la intencionalidad de Jesús: quiere darnos su propia vida para que vivamos tal como Él vivió: sirviendo, amando, perdonando, entregándose hasta el extremo...
Siempre que actualizamos el Misterio pascual, quedamos renovados y perdonados y más comprometidos a vivir tal como Jesús vivió. Su acción transformadora nos renueva y nos capacita para hacerse presente a los demás a través nuestro ya que, desde el Calvario, Jesús se convierte en perdón universal renovando a cada persona y al mundo entero. Este es el deseo profundo de Jesús: que sus mismas actitudes se actualicen en cada uno de nosotros y que se hagan presentes en todo el mundo.
Intentemos ser conscientes de ello cada vez que nos acercamos a celebrar el sacramento de la Eucaristía.