martes, 24 de diciembre de 2013

NAVIDAD: LA LUZ EN LAS TINIEBLAS



Después de recorrer las cuatro semanas de Adviento, hemos llegado a la Navidad. Desde la gran solemnidad de la Navidad hasta la fiesta del Bautismo del Señor, la liturgia nos ofrecerá textos que nos harán saborear este gran Misterio de nuestra fe. Dios se ha hecho tan y tan cercano a nosotros que se ha hecho como uno de nosotros; ha compartido nuestra misma existencia, incluso nuestras flaquezas y limitaciones.

Celebrar la Navidad es celebrar la proximidad de Dios, su familiaridad, su amor desbordante y su fidelidad sin límites. Celebrar la Navidad es celebrar que la luz ha ahuyentado las tinieblas, la oscuridad y la duda y que la verdadera Luz, Jesucristo mismo, ha iluminado nuestro mundo, nuestra historia y lo más profundo de cada persona.

Que a lo largo de estos días de Nadal experimentemos de verdad que Dios está íntimamente cercano a cada persona y a cada acontecimiento. Que las celebraciones de estos días nos ayuden a abrirnos a la verdadera luz, Jesucristo, y lo sepamos transmitir a los demás. 

¡¡¡Feliz Navidad a todos quienes os acercáis a estas páginas!!!

viernes, 20 de diciembre de 2013

MARÍA Y JOSÉ

Hemos llegado al último domingo de Adviento, a las puertas de Navidad. Esta última semana toda la liturgia nos empieza a adentrar en el Misterio que dentro de muy pocos días celebraremos. En este cuarto domingo, el evangelio nos presenta las figuras de Maria y de José. Hace dos semanas contemplamos la disponibilidad de Maria, su apertura y entrega. Hoy se añade la persona de José.
José se encuentra inmerso en la incertidumbre y la oscuridad, y será escuchando la voz de Dios y dejándose guiar por Él que encontrará el sentido de su misión y responderá con generosidad y fidelidad a lo que Dios le pide.
Muchas veces también nosotros andamos desorientados, rodeados por numerosas dudas y sin ver nada. Pero, tal como nos asegura el evangelio de este domingo, “Dios está con nosotros” y de varias formas quiere hacerse notar en nuestra vida para ayudarnos a caminar hacia andar la esperanza y la paz.

Terminemos de recorrer estos pocos días que nos faltan del tiempo de Adviento para llegar a la gran solemnidad de la Navidad con la mirada puesta en Jesús que siempre está a nuestro lado.

viernes, 13 de diciembre de 2013

RECONOCER A JESÚS


Llegamos al tercer domingo de Adviento y, una vez más, el texto del evangelio que escucharemos y reflexionaremos nos quiere acercar a la persona de Jesucristo para ir conformando nuestra vida a la suya.
Este domingo, Juan Bautista, un personaje muy representativo del tiempo de Adviento, envía a sus discípulos a Jesús para tener la certeza y la seguridad de que Él es de verdad el Mesías esperado y deseado. Jesús siempre nos quiere hacer reflexionar y su respuesta es una invitación a reconocer su persona por medio de su forma de actuar: “Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo”. Allí donde hay Jesús hay luz, hay armonía, hay alegría y gozo y, en definitiva, hay vida en plenitud.
A veces a nosotros también nos cuesta encontrar y reconocer Jesús y lo podemos hacer en la sencillez de la vida de cada día, en la escucha de su Palabra, en la persona de los demás y en sus gestos de amor y de buena voluntad. También nosotros podemos ser para ellos luz y referente para que puedan encontrar y reconocer a Jesús, con el testimonio de nuestra vida como creyentes. Así todo el mundo podrá escuchar “el anuncio del evangelio”.

Continuemos viviendo este tiempo de Adviento con Jesús, que viene cada día a nosotros, y con Maria, teniendo presentes sus actitudes de entrega y de generosidad.

sábado, 7 de diciembre de 2013

EL SÍ DE MARÍA

En este segundo domingo de Adviento, que coincide con la solemnidad de la Inmaculada, se nos invita a poner nuestros ojos en la gran figura de María. El texto del evangelio que se proclamará es el relato de la Anunciación. Intentemos escucharlo y reflexionarlo con novedad, dejándonos sorprender por la profundidad de este texto a pesar de la sencillez de la narración.

María, como ninguna muchacha de Israel, esperaba la venida del Mesías, y con su lo concibió en su corazón y en su seno materno. Era una muchacha enamorada de Dios, abierta a Él y dispuesta a todo lo que el Señor le pudiera indicar. María dio un radical al plan que Dios tenía sobre ella, y lo mantuvo a lo largo de toda su vida, desde este momento de la Anunciación hasta el Calvario.
María no pronunció sólo un en un momento concreto de su vida, sino que lo vivió de una forma ininterrumpida, abriéndose en cada momento a la Palabra de Dios. Ella nos puede enseñar a vivir con fidelidad, a responder con generosidad y apertura al proyecto que Dios tiene sobre cada uno de nosotros.
Que este segundo domingo de Adviento nos ayude a acercarnos más a la persona de María y a hacer nuestras sus actitudes de entrega y de docilidad.
Sigamos caminando hacia la Navidad con la mirada puesta en la Madre de Jesús.