viernes, 27 de abril de 2012

UN PASTOR DE VERDAD


Con la imagen del pastor, el evangelista nos ofrece un mensaje bien claro: Jesús, igual que un pastor responsable y amante de su tarea, conoce, tiene cura, protege, alimenta, ama... a cada una de sus ovejas, hasta el punto de dar la vida por ellas. Para el pastor, cada oveja es diferente y única, irrepetible y singular. Así nos mira Jesús: cada uno de nosotros tenemos un valor único e inigualable a sus ojos.
Pero también las ovejas reconocen quién es su pastor y responden con alegría y disponibilidad a su voz.
Dejemos que Jesús cuide de nosotros como el pastor con sus ovejas y, a la vez, démosle nuestra respuesta generosa.

¿Qué pastor encontraríamos como este?

viernes, 20 de abril de 2012

"SOY YO EN PERSONA"


A los discípulos no les fue fácil reconocer a la persona de Jesús Resucitado, tuvieron que hacer un proceso, en medio de dudas y de incertidumbres, que el texto del evangelio del III domingo de Pascua refleja. El miedo, los interrogantes, la oscuridad... se hicieron presentes en su vida como hoy se hacen presentes en nuestra vida tantas veces. Pero, finalmente, la presencia de Jesús, su proximidad, la seguridad de que está con nosotros, vencen toda inquietud. “Soy yo en persona” dice Jesús y esta luz va iluminando el corazón de los discípulos y desvaneciendo toda oscuridad.
También nosotros debemos dejar que nos penetre la realidad de Jesús Vivo que, en medio de las dificultades y de los obstáculos de nuestra vida, nos dice también: “Soy yo en persona” quien estoy contigo. 

Que este tiempo pascual nos ayude a apoyarnos en esta realidad.

viernes, 13 de abril de 2012

UN CAMINO DE CINCUENTA DÍAS


Si durante la Cuaresma hicimos cuarenta días de camino, en el tiempo pascual son cincuenta los días que la Iglesia nos pone delante para profundizar en el Misterio y en el Gozo de Jesús Resucitado. Cincuenta días para contemplar e interiorizar esta gran realidad que es el fundamento de nuestra fe: Jesús está realmente vivo y presente siempre entre nosotros. Si siempre debemos tenerlo presente, durante el tiempo pascual se nos invita, por medio de la liturgia, a adentrarnos más todavía en este Misterio.
Hagamos, pues, el recorrido de estos cincuenta días con la ilusión de que estamos celebrando un Gran Domingo, el día de la Resurrección del Señor.
En el evangelio de este segundo domingo de Pascua, Jesús dice a sus discípulos: “Paz a vosotros”, una paz que quiere que disfrutamos cada uno de nosotros, la paz que sólo podemos encontrar si lo dejamos entrar en nuestro interior escuchando y reflexionando su Palabra. La Paz que Jesús nos ofrece no es sólo una ausencia de malestar o de dificultades, su Paz es gozo, es alegría, es silencio reflexivo, es amor, es ternura, es conocimiento, es apertura...
Acojamos esta Paz y, con ella, ¡estaremos acogiendo al mismo Jesús!

miércoles, 4 de abril de 2012

EL INMENSO GOZO DE LA PASCUA


Durante cuarenta días hemos recorrido el camino de la Cuaresma, un camino a lo largo de cual hemos intentado abrirnos más a Dios escuchando su Palabra y dejándola resonar en nuestro interior. En estos últimos días de la Semana Santa hemos contemplado a Jesús desde diferentes aspectos: su entrega, su amor incondicional, su disponibilidad, el saberse poner confiadamente en las manos del Padre... unas actitudes que sus seguidores tenemos que intentar hacer nuestras día tras día.
Hoy contemplamos a Jesús Vivo, Resucitado, vencedor de la muerte, de la oscuridad, de la tiniebla y de todo lo que nos desanima y nos hace desfallecer. Jesús nos dice hoy que Él está siempre presente entre nosotros a pesar a nuestros miedos, nuestras debilidades y nuestras dudas. Jesús, con su resurrección, ha llenado de luz y de sentido toda nuestra vida; con su resurrección nos dice que no hay nada que nos pueda vencer porque Él permanece siempre vivo entre nosotros; con su resurrección nos pide que seamos sus testigos valientes y convencidos.
Que el inmenso gozo de la Pascua nos impulse a hacer de Jesús el centro de nuestras vidas con el convencimiento de que nunca nos fallará.
¡Desde aquí os deseamos a todos y a todas una gozosa Pascua!