jueves, 30 de junio de 2011

LOS ESCRITOS DE CLARA DE ASÍS


Después de todos estos domingos en qué nos hemos adentrado en los textos evangélicos del tiempo de Cuaresma y de Pascua, empezamos una nueva temática en nuestro blog. Con motivo de la celebración de los 800 años de la fundación de las clarisas, queremos aproximarnos a textos breves de los escritos de santa Clara de Asís, a aquellas frases que nos puedan iluminar y ayudar en algún aspecto de nuestra vida con el fin de vivir, desde el lugar donde nos encontramos cada uno, nuestro seguimiento de Jesucristo y la vivencia del evangelio. De santa Clara tenemos unos cuántos escritos, pocos, pero para nosotras, las clarisas, son orientadores de nuestro proyecto de vida. Clara es una de las pocas figuras femeninas de la época medieval que escribieron. Esto hace que los pocos textos de Clara tengan un gran valor. Se conservan ocho: la Regla (o Forma de vida), el Testamento, cinco cartas y una bendición. Estos escritos nos ayudan a adentrarnos un poco más en la fascinante personalidad de Clara de Asís y en lo que ella quiso vivir, un legado que ha perdurado a través del tiempo. La Regla y el Testamento nos revelan una mujer decidida, combativa, perseverante, tenaz en la lucha, que no cede hasta que no tiene garantizado lo que ella considera fundamental en su estilo de vida. Las cartas nos muestran la riqueza interior de Clara, como era una mujer de intensa oración y de una gran experiencia de Dios. Y la bendición, escrita poco antes de morir, nos manifiesta el amor y la ternura de Clara hacia sus hermanas con las cuales ha convivido durante muchos años. Os invitamos, pues, a saborear, a partir de ahora, frases breves de estos escritos con el fin de actualizarlos en nuestra vida de hoy.

sábado, 18 de junio de 2011

NUESTRO DÍA


Desde hace muchos años, la Iglesia dedica el domingo de la Trinidad, el domingo después de Pentecostés, a los religiosos y religiosas dedicados a la vida contemplativa. Y, realmente, este domingo es un día para contemplar.
Para contemplar el amor y la ternura del Padre, que nos ama infinitamente, por encima de todas nuestras esperanzas y expectativas, con un amor grande e inmenso al cual, poco a poco, nos tenemos que ir abriendo y acogiendo en nosotros. Para contemplar a Jesucristo, el hermano mayor y el compañero de camino que nos invita a seguirlo y a vivir con sus actitudes y sentimientos. Que nos ayuda a descubrir este amor del Padre y a lanzarnos en sus brazos con confianza y sin temor.
Para contemplar a la persona del Espíritu Santo que es nuestra fuerza y nuestro consuelo, nuestra ayuda y nuestra defensa, nuestra compañía y nuestro guía.

Los hermanos y hermanas que estamos dedicados por todas las partes del mundo a la vida contemplativa, a pesar de los diferentes estilos y maneras de vivirlo, tenemos la misión de ser alabanza de la Trinidad, de vivir con una dedicación y apertura al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
Os invitamos, en este domingo tan especial para nosotras, a unirnos a nuestro gozo para poder celebrar, un año más, junto con toda la Iglesia universal, este gran don.

jueves, 9 de junio de 2011

LA FUERZA EN NUESTRO CAMINO


Con el domingo de Pentecostés se cierra este hermoso tiempo pascual. A lo largo de cincuenta días hemos podido profundizar en el Misterio de la Resurrección de Jesús. A pesar de todo, cada vez que celebramos la Eucaristía, celebramos Pascua y el mismo Jesús resucitado se hace presente. En la fiesta de Pentecostés, la Iglesia nos invita a poner nuestra mirada y atención en la persona del Espíritu Santo. A veces parece que el Espíritu Santo es el gran desconocido en nuestras vidas, la solemnidad de hoy nos invita a tenerlo presente y a hacerlo cercano a nosotros como el motor que nos empuja y nos alienta en nuestro camino hacia Dios y los hermanos. En el evangelio de hoy vemos a los apóstoles reunidos, Jesús vivo se hace presente en medio de ellos y les dice: “Recibid el Espíritu Santo”. El Espíritu Santo es quien nos guía, especialmente a través de la Palabra, en nuestro camino hacia Dios; es la fuerza que nos empuja a superar los obstáculos para mantenernos fieles al Evangelio; es quien hace renacer en nosotros la ilusión y el deseo de seguir eligiendo a Jesús cada día a pesar del desaliento o el cansancio; es quien nos ayuda a perdonar, servir, amar a los demás; es quien nos va iluminando la persona de Jesús y nos impulsa a darlo a conocer a nuestros hermanos. El Espíritu Santo puede renovar y transformar profundamente nuestras vidas. Por esto Jesús dice a los discípulos y también a nosotros: “Recibid el Espíritu Santo”. Recibidlo, abríos a Él, acogedlo, sed dóciles a su luz, dejaos conducir por Él.
Que la alegría y el gozo de todo este tiempo pascual estén presentes en cada uno de nosotros, no sólo estos días sino siempre.

viernes, 3 de junio de 2011

CON NOSOTROS, TODOS LOS DÍAS


Nos vamos acercando al final del tiempo pascual. Este domingo celebramos la Ascensión del Señor. El evangelio nos dice que los discípulos se dirigieron al monte que Jesús les había indicado. Cuando Jesús quiere que los discípulos experimenten más íntimamente su presencia, los conduce siempre hacia un monte; el monte indica altura, elevación, soledad, aislamiento... simboliza levantar la mirada hacia Dios y estar atentos a lo que Él nos quiera comunicar. En el monte Jesús da una misión a los discípulos y a cada uno de nosotros: anunciar el evangelio a todo el mundo, proclamar con nuestra vida que somos seguidores de Jesús. La tarea no es fácil, y mucho menos en el ambiente que hoy nos rodea, pero Jesús nos asegura que estará con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Su presencia, su ayuda, su fuerza, permanecerán siempre a nuestro lado para que podamos llevar a cabo la misión que nos ha sido confiada, con firmeza y con valentía. A las puertas de cerrar este tiempo pascual, intentemos crecer en la convicción de que Jesús está constantemente presente entre nosotros y dentro de cada uno de nosotros, como el amigo, como el compañero que no falla ni fallará nunca, siempre, todos los días.

miércoles, 1 de junio de 2011

COMO EN UN PUZZLE













Como cada año, uno de los domingos del tiempo pascual, nos reunimos los religiosos y religiosas de Reus en nuestro monasterio para compartir un rato de oración y de fraternidad. Es una tarde en la cual, año tras año, nos vamos conociendo más los miembros de las diferentes comunidades de nuestra ciudad, una oportunidad de dialogar sobre nuestras inquietudes, ilusiones, anhelos, deseos…
Todos vivimos el mismo ideal: el seguimiento de Jesucristo pero en misiones y tareas diversas. Como en un puzle, cada comunidad, cada uno de sus miembros ocupamos nuestro lugar, un lugar único y singular, de forma que todas las piezasforma que todas las piezas encajan las unas con las otras y dibujan una imagen perfecta y bien acabada.
Tras la plegaria de Vísperas, pudimos disfrutar de la actuación de la banda del colegio Padre Manyanet, nos ofrecieron un precioso concierto dentro de nuestra iglesia. Acto seguido, en la plaza de entrada, con lo que todos habíamos aportado, compartimos la merienda.
Un inesperado aguacero nos hizo correr hacia dentro con todas las bandejas de la merienda, una vez dentro, salió el sol burlándose de nuestras corridas.
Después de un rato de diálogo distendido y alegre, nos fuimos despidiendo, cada uno a nuestra casa con el gozo de habernos vuelto a encontrar un año más y con la ilusión de recomenzar nuestras tareas semanales con más ánimo y ánimo.
Desde aquí queremos daros las gracias a todos aquellos con quienes nos encontramos domingo e hicisteis posible el ambiente de fraternidad y de alegría de que pudimos disfrutar.