jueves, 31 de marzo de 2011

"CREO, SEÑOR"


El evangelio de este cuarto domingo de Cuaresma nos presenta la curación del ciego de nacimiento. Este relato es el relato de muchos momentos de nuestra propia historia. Cuántas veces, como el ciego, Jesús ha iluminado nuestra persona y nuestra vida cuando andábamos en la duda, en la desorientación, en la oscuridad... Y con su luz volvió a nosotros la alegría y la paz. Nos hace falta tener siempre la actitud del ciego –de apertura, de humildad, de docilidad-, con el fin de que el Señor pueda seguir iluminándonos. Jesús pide al ciego: “¿Crees tú en el Hijo del hombre?”. Dejemos que en el silencio también nos lo pida a cada uno de nosotros: “¿Crees en Mí?”. La respuesta del ciego es humilde, sincera, desde lo más íntimo de su ser: “Creo, Señor”. Que nuestra respuesta, como la del ciego, nazca desde lo más profundo de nosotros; que le digamos con el corazón y la vida: “Creo, en Ti, Señor”. Y el ciego “se postró ante Él”. Ante las obras del Dios, ante sus dones, su amor, su bondad... reconozcámoslo, démosle gracias, amémoslo, entreguémonos dichosa y confiadamente a Él. Con estos sentimientos y actitudes sigamos nuestra ruta cuaresmal en estos días que faltan para llegar a la fiesta gozosa de Pascua.

martes, 29 de marzo de 2011

CON NUESTROS JÓVENES

El pasado viernes día 25, a las 9 de la noche, acogimos en nuestra casa a los jóvenes de las diferentes parroquias de Reus que se reunieron para hacer una vigilia de oración alrededor de la imagen del Cristo de san Damián, que todavía se encontraba en nuestro monasterio. En torno a esta imagen tan querida por todas las clarisas y los franciscanos de todo el mundo, compartimos con nuestros jóvenes una hora de plegaria y de reflexión. Un fragmento de una de las cartas de santa Clara, dónde usa la imagen de Jesucristo como un espejo en el cual debemos mirarnos cada día, sirvió de base a la oración. Reflexionamos sobre nuestras actitudes como seguidores de Jesús y cómo podemos ser testigos en el mundo de hoy desde el lugar dónde nos encontramos. La vigilia de oración transcurrió con ratos de reflexión, de silencio, de plegaria espontánea y de cantos que ayudaban a la interiorización. Acabada la vigilia, todos los chicos y chicas que asistieron compartieron la cena y un rato de tertulia con las hermanas de la comunidad. Desde aquí queremos animar a todos ellos a seguir avanzando en su camino de fe y a anunciar a Jesús a los demás desde su vida. Gracias por compartir con nosotras esta hermosa velada.

viernes, 25 de marzo de 2011

"SI CONOCIERAS EL DON DE DIOS"



Seguimos nuestra marcha cuaresmal y llegamos al tercer domingo. Reflexionemos sobre el evangelio de hoy. Es un texto muy extenso pero nos quedaremos sólo en un pequeño fragmento.
Jesús mantiene un diálogo con una mujer samaritana y, con ella, también nos está hablando a nosotros. Intentamos escucharlo en su Palabra.
Jesús ofrece su agua a la samaritana, ella piensa que le está hablando del agua material, de la que cada día va a buscar al pozo.
Jesús va mucho más allá; no nos ofrece cosas materiales sino un Don más profundo y más grande que el que podamos imaginar. Jesús dice a la mujer y a cada uno de nosotros: “Si conocieras el don de Dios…”
Lo que Dios quiere darnos es su misma persona, su amor, su ternura, su comprensión, su perdón, su amistad... Este es verdaderamente el auténtico Don de Dios: Él mismo. Esto vale mucho más que todos los dones materiales que se nos puedan ofrecer y dar. Hace falta, por parte nuestra, que lo valoremos y lo acojamos.
La samaritana, finalmente, lo entendió, creyó en Jesús y, corriendo, va a anunciar a todo el mundo llena de gozo y de alegría por el don que ha encontrado en la persona de Jesús. La samaritana, pese a sus resistencias iniciales, se abrió plenamente a la Palabra de Jesús y de esta forma lo pudo acoger en su interior y anunciarlo a los demás.
Ojalá que también nosotros descubramos todo aquello que ya ahora mismo nos está ofreciendo Dios y sepamos comunicarlo a las personas que tenemos alrededor.

miércoles, 23 de marzo de 2011

800 AÑOS

El año 2012 las hermanas clarisas de todo el mundo celebraremos 800 años de la fundación de nuestra Orden. La celebración de este centenario empezará, de manera oficial, el domingo de Ramos de este año (el día en que santa Clara dejó la casa paterna para iniciar su fraternidad de hermanas) y acabará el día 11 d’agosto de 2012 (solemnidad de santa Clara). Por este motivo, a lo largo de todo este año, se irán llevando a cabo diferentes actividades y celebraciones en todas las comunidades de clarisas con el fin de dar a conocer un poco más nuestra forma de vida.
Como preparación de este centenario, una de las actividades que se está llevando a cabo a nivel de todo España es la “peregrinación” de una imagen del Cristo de san Damián, que tanta incidencia tuvo en la vida de Francisco y de Clara de Asís. Esta imagen ya ha recorrido una gran parte de toda la península y estará en Cataluña desde el mes de febrero hasta el mes de junio. A nuestra comunidad nos corresponde tenerlo desde el día 19 hasta el 28 de marzo.
Con tal motivo celebramos el pasado domingo día 20 unas Vísperas solemnes alrededor de este signo que para nosotras es tan entrañable.
Dos sacerdotes, religiosos y religiosas de diferentes comunidades de Reus y numerosos fieles nos acompañaron en esta oración del atardecer que nos ha servido de preludio para la próxima apertura del año centenario. Gracias a todos los que nos acompañasteis y que hicisteis posible que la celebración resultase tan alegre y festiva.

jueves, 17 de marzo de 2011

A UNA MONTAÑA ALTA


En este segundo domingo de Cuaresma la Iglesia nos presenta el texto de la Transfiguración.
Jesús había anunciado a sus discípulas que se encaminaba hacia Jerusalén, hacia la Pasión y la Cruz, y estos se habían aterrorizado. En este contexto, Jesús toma a Pedro, Santiago y Juan y los conduce “a una montaña alta”. Jesús se lleva a los tres discípulos en un lugar solitario y silencioso porque sólo en un clima de reflexión y oración lo podrán captar transfigurado. La oración personal es el camino para conocer vivencialmente a Jesús.
Las palabras del Padre no iban dirigidas sólo a Pedro, Santiago y Juan, sino también a todos nosotros que hoy leemos o escuchamos el evangelio. También a cada uno de nosotros nos dice: “Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo”.
“Este es mi Hijo, el amado”
: este es quien siempre hace mi voluntad, quien ama y perdona incansablemente, quien alienta y anima…
“Escuchadlo”: escúchalo porque te llevará por el camino de la paz, de la donación y del servicio, de la vida, de la alegría… Escúchalo y déjate guiar por él.
Con este ánimo, vamos avanzando con alegría por el camino de la Cuaresma.

viernes, 11 de marzo de 2011

EL DESIERTO: AL ENCUENTRO DE DIOS


Empezamos nuestro recorrido por los textos del evangelio de cada domingo de este tiempo de Cuaresma. Os invitamos a seguirlos con nosotras y a intentarlos vivir con el fin de llegar, al final de este trayecto, a celebrar nuevamente, con gozo exultante la Resurrección del Señor.
En este primer domingo de Cuaresma, el evangelio nos muestra a Jesús en el desierto. El desierto es lugar de silencio, de soledad para encontrarse con un mismo y con Dios. Jesús se dirige al desierto conducido por el Espíritu. El desierto es lugar de búsqueda y de encuentro con Dios; es lugar de silencio, de oración y de soledad; es también lugar de prueba, de dificultades en el camino y dónde podemos palpar que nuestra única seguridad es Dios.
Jesús, guiado por el Espíritu, se adentra en el desierto para abrirse más a Dios, para dejarse hacer y prepararse para su misión. Jesús puede hacer frente a las pruebas que le pone el tentador porque quiere hacer, por encima de todo, aquello que agrada al Padre. Nada no puede desviarlo de su camino ni de su misión de dar a conocer a Dios a los hermanos y hermanas de su tiempo. Jesús no se deja desencaminar, responde al tentador con firmeza y decisión, siempre con palabras de la Escritura. Él tiene que ser nuestro modelo cuando nos encontremos en momentos difíciles, cuando nos sintamos presionados por todo y por todas partes y se nos haga cuesta arriba seguir adelante.
Como Jesús, acudamos a la Palabra que hemos leído y reflexionado para poder hacer frente a las dificultades y a los obstáculos de cada día. Que los “desiertos” que atravesamos a lo largo de nuestra vida puedan ser un momento de encuentro privilegiado con Dios y con los hermanos.

lunes, 7 de marzo de 2011

LA MARCHA CUARESMAL


Estamos a punto de iniciar el tiempo de Cuaresma. La Cuaresma la podríamos comparar a una larga marcha a pie hacia una cumbre alta y espléndida, marcha que emprendemos con alegría y decisión. Durante el camino veremos diferentes paisajes, atravesaremos riachuelos, cogeremos senderos, subiremos por lugares escarpados… hasta llegar a la cumbre desde la cual se divisa un bello e impresionante horizonte.
De una forma parecida la Iglesia, en este tiempo cuaresmal nos irá presentando cada domingo diversos rasgos de la persona y la vida de Jesús para que los vayamos acogiendo y asimilando en nuestra vida, hasta llegar a la cumbre, que es la Vigilia Pascual. En la noche de la Vigilia, así como los excursionistas ponen los pies en la cima con firmeza y gozo, también nosotros pondremos los pies en la cima todo reafirmando con alegría nuestro compromiso con Jesucristo mediante la renovación de las promesas del Bautismo. Por el Bautismo fuimos incorporados a Jesús y desde aquel momento nos convertimos en hijos e hijas del Padre, sacerdotes, profetas y reyes. La marcha cuaresmal nos lleva a revisar cómo vivimos estos aspectos: si como hijo/hija del Padre vivo abierto a él y a su amor, si me dirijo a él con sencillez y confianza; si tengo una mirada universal y oro, amo, sirvo... en nombre de todos mis hermanos (sacerdote); si soy auténtico, transparente, si hago presente el evangelio con mis palabras y vida (profeta); si pongo mis riquezas (tiempos, calidades) al servicio de los hermanos (rey).
Si emprendemos la marcha cuaresmal, esta marcha de plegaria y de reflexión serena a la luz de la Palabra, es porque deseamos sinceramente, pese a nuestras flaquezas y cansancios, reafirmar nuestro compromiso con Jesucristo. A él no lo encontraremos sólo a la cumbre, esperándonos, sino que nos acompañará toda la ruta ayudándonos, alentándonos, guiándonos, como el mejor compañero de camino.
Desde aquí os invitamos a emprender la marcha cuaresmal todos juntos en este miércoles de ceniza.