miércoles, 25 de agosto de 2010

POR LOS CAMINOS DE LA ORACIÓN

Varias veces hemos hablado en este blog de orar, de hacer oración, de escuchar y reflexionar la Palabra de Dios. Queremos dedicar algunas entradas a este tema, apasionante y cautivador a la vez.
Adentrarse en los caminos de la oración es como empezar una aventura, el objetivo de la cual no es otro que responder a la invitación que Dios dirige a cada uno de nosotros, una invitación a dialogar con Él, a escucharlo, a hablarle, a poner en sus manos todos nuestros anhelos, deseos, inquietudes, dificultades, alegrías... y a recibir por su parte una respuesta de amor y de amistad, vivida en lo más íntimo de nosotros mismos.
La oración es iniciativa de Dios, que pone en el interior de cada persona este profundo deseo de diálogo y de comunicación. Estamos creados para la comunión, no para la soledad ni el aislamiento. Crecemos y nos desarrollamos gracias al trato con los demás, gracias al diálogo y a la comunicación con las personas que nos rodean. Escuchar y ser escuchados, amar y ser amados, acoger y ser acogidos nos ayuda a vivir en plenitud y a ser felices, a estar bien con nosotros mismos y con los demás. ¿Como no nos ha de ayudar a ser más felices todavía sabernos y sentirnos acogidos, escuchados, amados por Dios, nuestro Creador? Y más aún: este mismo Dios nos invita incansablemente a establecer con Él una relación de comunicación, de diálogo, de amistad y de amor.
La oración no es otra cosa que aceptar esta invitación, corresponder aportando a la vez nuestra apertura. Nuestras capacidades y, en definitiva, nuestra vida.
Os invitamos, pues, a recorrer con nosotras los caminos de la oración. A compartir ilusiones y también dificultades, a adentrarnos en esta fascinante aventura de la relación con Dios que es también relación con los hermanos.

lunes, 16 de agosto de 2010

SOLEMNIDAD DE SANTA CLARA

El pasado 11 de agosto celebramos, como cada año, la fiesta de nuestra madre y fundadora santa Clara. En una solemne celebración de la Eucaristía a las 7.30 de la tarde, se congregaron en nuestra iglesia un gran número de personas, amigos y familiares, que quisieron unirse a nuestra alegría es este día tan especial y entrañable para nosotras. La celebración estuvo presidida por el P. Ramon Domènech, franciscano, que supo transmitir a todos los presentes el espíritu de Clara y su carisma de fraternidad, de pobreza y de alegría.
Después compartimos en la plaza de entrada del monasterio un refresco con todos los asistentes. Fue un tiempo de podernos comunicar con todas las personas que nos acompañaron y de estrechar cada vez más los vínculos de amistad y de afecto que unen a unos y a otros son las hermanas de la comunidad. Desde aquí queremos hacer extensivo nuestro agradecimiento a tantas personas que estáis siempre a nuestro lado. Es para nosotras un gozo y una alegría que la solemnidad de santa Clara sea compartidas por todos y todas vosotras.
Podéis ver en el vídeo adjunto un pequeño reportaje de la fiesta.