viernes, 28 de mayo de 2010

DOMINGO DE LA TRINIDAD, DÍA DE LA VIDA CONTEMPLATIVA


El pasado domingo, con la fiesta de Pentecostés, cerrábamos el tiempo pascual. Ahora volvemos a adentrarnos en el tiempo de durante el año y en este domingo la Iglesia pone ante nuestros ojos la fiesta de nuestro Dios, de la Trinidad, la fiesta del Padre, de Jesucristo y del Espíritu Santo.
Hace unos años que la Iglesia dedica este día de la Trinidad a la vida contemplativa, a estos hermanos y hermanas a menudo desconocidos.
Los contemplativos y contemplativas somos bautizados que hemos escuchado la llamada de Dios a vivir dedicados plenamente a Él, en una vida de oración y de silencio, de trabajo y de fraternidad.
Nos esforzamos por responder a esta llamada viviendo desde nuestra realidad de hijos amados entrañablemente por el Padre; escuchando a Jesucristo en su Palabra y esforzándonos por seguir sus huellas; abriéndonos al Espíritu Santo para que nos guíe y haga su obra en nosotros.
Como veis, nuestra vida es en realidad la vida de todo miembro del Pueblo de Dios, vivida –si queréis- hasta las últimas consecuencias. Todos estamos llamados a la oración –cada uno desde su lugar-, y de todos Dios espera que caminemos hacia él con la confianza y la alegría que tienen los hijos hacia su padre, unidos a Jesucristo, dejándonos guiar por el Espíritu.
Aunque nuestras casas y monasterios a veces se encuentren algo retirados de las poblaciones, no por esto nos desentendemos de nuestro mundo y de sus problemas. Al contrario, intentamos vivir y orar con una mirada universal que abarque a todo el mundo, y por lo tanto, a todos vosotros que nos seguís en este blog.
Os pedimos que nos acompañéis en nuestra celebración de este día para que seamos siempre fieles a la llamada de Dios. ¡Gozosa fiesta de la Trinidad!

viernes, 21 de mayo de 2010

"RECIBID EL ESPÍRITU SANTO"


Con el domingo de Pentecostés llegamos al final del tiempo de Pascua. Durante cincuenta días hemos intentado profundizar en la experiencia de Jesús Resucitado, Vivo para siempre en medio de nosotros. El evangelio de cada domingo nos lo ha presentado desde aspectos y matices diferentes, animándonos a reconocer a Jesús en los demás, a experimentarlo como nuestro pastor, como aquel que está siempre a nuestro lado para compartir el mismo camino y toda nuestra vida.
Hoy el evangelio nos quiere hacer valorar y reconocer el don del Espíritu Santo a cada uno de nosotros. No es fácil entender qué es el Espíritu Santo. Pero lo entenderemos algo más si miramos como actúa en nosotros. El Espíritu es un regalo que Jesús y el Padre nos hacen: “Recibid el Espíritu Santo”. El Espíritu es para nosotros el compañero de camino que nos orienta y nos ilumina en nuestra vida. El Espíritu es quien nos guía, especialmente a través de la Palabra, en nuestro camino hacia Dios; es la fuerza que nos empuja a superar los obstáculos por mantenernos fieles al Evangelio; es quien hace renacer en nosotros la ilusión y el deseo de seguir a Jesús cada día pese al desaliento o el cansancio; es quien nos ayuda a perdonar, a servir, a amar a los demás; es quienes nos va iluminando a la persona de Jesús y nos impulsa a darlo a conocer a nuestros hermanos. El Espíritu Santo puede renovar y transformar profundamente nuestras vidas.
Por esto Jesús dice a los discípulos y también a nosotros: “Recibid el Espíritu Santo”: recibidlo, abríos a Él, acogedlo, sed dóciles a su luz, dejaos conducir por Él…
Desde aquí os deseamos un alegre término del tiempo pascual y que el gozo de estos días se haga extensivo a toda nuestra vida.

lunes, 17 de mayo de 2010

UNA "VISITA" ESPECIAL

Ayer, domingo de la Ascensión, recibimos en nuestro monasterio la cruz que recorre España con motivo de la próxima Jornada Mundial de la Juventud que tendrá lugar en Madrid el 2011. La cruz había llegado en Tarragona el día antes, primero en la cárcel y después acompañando a los jóvenes en una vigilia de oración.
Domingo tuvimos el gozo de recibirla en nuestra casa des de las 9 hasta las 10.30 de la mañana. La cruz presidió la oración comunitaria del Oficio de lectura y de Tercia, con un grupo de personas que también estuvieron presentes. Después, a lo largo de la mañana, nuestra iglesia fue el punto de encuentro de otras muchas que querían permanecer en un rato de silencio y de oración ante la cruz.
Hacia las 11 la cruz fue trasladada al cercano Santuario de Misericordia para la celebración de l’Eucaristía des de donde irá siguiendo su itinerario.
Des de aquí queremos animar a los jóvenes para que este signo de la cruz sea de verdad para todos y cada uno de ellos un estímulo y una fuerza para seguir a Jesucristo des de su ambiente, y para que estos momentos de oración los entusiasme a entregar su vida al servicio de los demás.

viernes, 14 de mayo de 2010

"LO QUE HA PROMETIDO MI PADRE"

Llegamos al domingo de la Ascensión del Señor y nos encontramos, por tanto, hacia el final del tiempo pascual. La fe en Jesús resucitado, la convicción de que está Vivo y de que está con nosotros, tendría que acompañarnos a lo largo de todo el año.
En este domingo de la Ascensión, el evangelio nos presenta a Jesús “despidiéndose” de sus discípulos. No es que Jesús los deje, es que de ahora en adelante lo captarán de otra forma, con los ojos de la fe.
Jesús dice a los discípulos que les enviará “lo que ha prometido mi Padre”. Lo que el Padre ha prometido, como sabemos, es el Espíritu Santo. Si hasta ahora Jesús había estado a su lado, caminando con ellos, enseñándoles, ayudándoles, alentándoles... de ahora en adelante el Maestro, el Compañero, el Amigo, la Ayuda será el Espíritu Santo.
Será el mismo Espíritu quien permitirá a los discípulos –y a cada uno de nosotros- captar a Jesús Vivo, presente en medio de ellos.
Será también el mismo Espíritu quien les dará la fuerza y el impulso, la alegría de ser testigos de Jesús, anunciando a todo el mundo como nos amó, cómo murió y ahora permanece Vivo.
El Espíritu Santo, el don prometido por el Padre, era para los discípulos, es para nosotros y para todos aquellos que creerán en Jesús y querrán seguirlo. Por lo tanto, hace falta que haya en todos nosotros apertura y docilidad al Espíritu Santo; que él pueda obrar en nuestra persona maravillas como las obró en la primera comunidad cristiana y como ha obrado en tantas y tantas personas a lo largo de la historia.
Disfrutemos de estos últimos días del tiempo de Pascua para que este gozo siga vivo en nosotros siempre.

jueves, 6 de mayo de 2010

"GUARDAR" LA PALABRA

Vamos llegando al final del tiempo de Pascua. La liturgia de estas últimas semanas nos va hablando del Espíritu Santo. El domingo de Pentecostés, el último de Pascua, celebraremos el regalo y el don del Espíritu Santo a cada de nosotros.
Mientras tanto, este domingo, el evangelio nos quiere hacer reflexionar sobre la misma Palabra de Jesús. Es Jesús mismo quien nos dice que debemos “guardar” lo que Él dice. “Guardar” la Palabra de Jesús quiere decir esforzarnos por escucharlo, por reflexionar y por hacer vida en nosotros, en nuestro ambiente, la Palabra que hemos interiorizado. Si escuchamos, leemos y reflexionamos la Palabra, dice Jesús que Él y el Padre vendrán a vivir en nosotros. Si poco a poco vamos haciendo un camino de reflexión del evangelio, descubriremos y valoraremos más el amor del Padre, nos sabremos colaboradores de Jesucristo y nos dejaremos iluminar en nuestra vida por el Espíritu. Entonces será cuando Ellos vendrán “a vivir” dentro de nosotros.
En un mundo tan disgregado, tan lleno de ruido y de ajetreo, intentemos hacer un espacio de silencio y de reflexión en nosotros, así podremos experimentar de verdad la paz que Jesús nos ofrece.
¡Continuemos viviendo el gozo pascual en nuestra vida!